Respuesta:El ingenioso hidalgo don Quijote de la Mancha narra las aventuras de Alonso Quijano, un hidalgo pobre que de tanto leer novelas de caballería acaba enloqueciendo y creyendo ser un caballero andante, nombrándose a sí mismo como don Quijote de la Mancha.
En una meseta de España, llamada la Mancha, vive un avejentado hidalgo, algo pobre, llamado Alonso Quijano. Su mayor ilusión es la selecta biblioteca que posee, que incluye los mejores libros de caballería. Noches enteras se pasa leyendo el noble hombre estas historias de aventuras. Y con sus amigos, el párroco y el barbero, discute cuál de todos los caballeros es el mejor. En un momento dado, después de que sus libros le hubieran impresionado profundamente, al hidalgo se le ocurre la descabellada idea de meterse él mismo a caballero andante, quien, cabalgando a través del país, luchará en defensa del derecho y la justicia. Puesto que oficialmente ya no hay más caballeros, el hidalgo habrá de buscar y recuperar en el cobertizo la vieja armadura de su bisabuelo, totalmente oxidada y cubierta de moho, y confeccionarse él mismo un casco con visera de cartón. A su quebradizo podenco Rocinante lo engalana a modo de caballo de batalla y, finalmente, él mismo se hará llamar Don Quijote de la Mancha.
Armarse caballero
A escondidas se lanza don Quijote en busca de aventuras. Pero muy a su pesar no sucede nada. Absolutamente nada. Entonces piensa que todo caballero, al menos así lo ha leído, ha de tener una señora por cuyo honor ha de luchar. De ahí que pronto decida hacer de una sencilla campesina del pueblo vecino su señora, a la que llamará Dulcinea del Toboso. Aun así, hay otro pequeño aspecto que a don Quijote le sigue planteando un problema: el hecho de no haber sido aún armado caballero, de ahí que decida solventar dicho inconveniente lo antes posible. A lo lejos vislumbra un castillo, al dueño del mismo y a dos bellas mujeres, si bien, en realidad, se trata de una posada, de dos mozas y del posadero. A este último don Quijote le pide que le arme caballero. Y el posadero, que encuentra divertido al loco, acepta la petición.
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Respuesta:El ingenioso hidalgo don Quijote de la Mancha narra las aventuras de Alonso Quijano, un hidalgo pobre que de tanto leer novelas de caballería acaba enloqueciendo y creyendo ser un caballero andante, nombrándose a sí mismo como don Quijote de la Mancha.
Espero que te ayude.
Respuesta:
El origen de don Quijote
En una meseta de España, llamada la Mancha, vive un avejentado hidalgo, algo pobre, llamado Alonso Quijano. Su mayor ilusión es la selecta biblioteca que posee, que incluye los mejores libros de caballería. Noches enteras se pasa leyendo el noble hombre estas historias de aventuras. Y con sus amigos, el párroco y el barbero, discute cuál de todos los caballeros es el mejor. En un momento dado, después de que sus libros le hubieran impresionado profundamente, al hidalgo se le ocurre la descabellada idea de meterse él mismo a caballero andante, quien, cabalgando a través del país, luchará en defensa del derecho y la justicia. Puesto que oficialmente ya no hay más caballeros, el hidalgo habrá de buscar y recuperar en el cobertizo la vieja armadura de su bisabuelo, totalmente oxidada y cubierta de moho, y confeccionarse él mismo un casco con visera de cartón. A su quebradizo podenco Rocinante lo engalana a modo de caballo de batalla y, finalmente, él mismo se hará llamar Don Quijote de la Mancha.
Armarse caballero
A escondidas se lanza don Quijote en busca de aventuras. Pero muy a su pesar no sucede nada. Absolutamente nada. Entonces piensa que todo caballero, al menos así lo ha leído, ha de tener una señora por cuyo honor ha de luchar. De ahí que pronto decida hacer de una sencilla campesina del pueblo vecino su señora, a la que llamará Dulcinea del Toboso. Aun así, hay otro pequeño aspecto que a don Quijote le sigue planteando un problema: el hecho de no haber sido aún armado caballero, de ahí que decida solventar dicho inconveniente lo antes posible. A lo lejos vislumbra un castillo, al dueño del mismo y a dos bellas mujeres, si bien, en realidad, se trata de una posada, de dos mozas y del posadero. A este último don Quijote le pide que le arme caballero. Y el posadero, que encuentra divertido al loco, acepta la petición.