Los estudiantes tenían un silabario, en el estaban ordenados los signos usuales con su pronunciación y su significado. Los tenían que memorizar y luego copiarlos sin mirar, en el momento que lo hacían sin equivocarse, se consideraba que ya sabían leer y escribir.
La enseñanza era muy rutinaria.
Los estudiantes tenían un silabario, en el estaban ordenados los signos usuales con su pronunciación y su significado. Los tenían que memorizar y luego copiarlos sin mirar, en el momento que lo hacían sin equivocarse, se consideraba que ya sabían leer y escribir.