wooooLa década 1960-1970 está considerada como una época sin precedentes en la historia de las letras hispanoamericanas y, en particular de la narrativa. En este período un conjunto excepcional de novelas y cuentos provenientes de todos los países del "continente mestizo" se suma a la esforzada labor de traductores y críticos, y a los procedimientos modernos de lanzamiento editorial que llegan a proyectar la narrativa hispanoamericana más allá de las fronteras de habla hispana. Algunos críticos, como Ángel Rama, insisten en discernir entre el "boom" —como fenómeno meramente comercial en el mercado librero mundial— y la "nueva novela hispanoamericana", que llega a su culminación entre 1960 y 1970, pero que empieza a gestarse con la obra de Jorge Luis Borges (1899-1986), Alejo Carpentier (1904-1980), Juan Carlos Onetti (1909-1994), Juan Rulfo (1918-1986), Ernesto Sábato (1911- ), Leopoldo Marechal (1900-1970), María Luisa Bombal (1910-1980), Miguel Ángel Asturias (1899-1974) y AgustínYáñez (1904-1980), entre otros. En opinión de Carlos Fuentes, "el llamado boom, en realidad, es el resultado de una literatura que tiene por lo menos cuatro siglos de existencia y que sintió una urgencia definitiva en un momento de nuestra historia de actualizar y darle orden a muchas lecciones del pasado" (Andadón, 621). Si bien la noción de "boom" parece menos apropiada para un análisis de tendencias literarias que el término "nueva novela", tampoco es posible prescindir por completo de ese concepto que, a fuerza de ser usado por todos, se ha convertido en sinónimo de la narrativa de los sesenta y ha sido consagrado por los mismos escritores, como José Donoso en su Historia personal del "boom". Sin embargo, dicho esto, conviene recordar la observación de Rama de que "La percepción de Donoso es estrictamente literaria y ni siquiera tiene en cuenta el rasgo más definidor del boom que fue el consumo masivo de narraciones latinoamericanas" (247). Resulta interesante también tener en cuenta el argumento de Gustav Siebenmann y Donaid L. Shaw de que en este caso hay una correlación entre la técnica audaz y el éxito comercial debido a un súbito y radical cambio de los hábitos perceptivos del público lector, el que llega a valorar, y hasta a sacralizar, la experimentación formal.La trabajosa tarea de ubicar el período del boom/ nueva novela dentro de unos límites temporales, formales y personales definibles ha sido emprendida por muchos críticos. Existe el consenso de que la publicación en 1962 de La ciudad y los perros de Mario Vargas Llosa marca el momento de cambio decisivo en la recepción mundial de las letras latinoamericanas. De aquí en adelante, la editorial barcelonesa Seix-Barral —que galardonó a La ciudad y los perros con su prestigioso Premio Biblioteca Breve— iba a convertirse en una de las fuerzas más poderosas en la configuración del boom, es decir, en la promoción de los nuevos narradores en el mercado librero mundial. El Premio Nóbel de literatura otorgado a Miguel Ángel Asturias en 1967 representa el apogeo del boom, a la vez que simboliza el enlace entre la literatura, la política y el mercado.