ALGA1234La pobreza es un concepto, pero también una realidad que es necesario erradicar para que el desarrollo humano tenga un sentido de equidad y justicia... Para solucionar un problema primero hay que contextualizarlo y definirlo, luego tener la intención de remediarlo, y por último, encontrar la mejor manera para llevarlo a la práctica... Por desgracia, ese sendero parece estar lleno de obstáculos insalvables... Quizás porque hay demasiados intereses en juego como para que a los que les sobra capacidad económica les falte ese interés humano que nunca se refleja en los balances, llamado sensibilidad.
La conceptualización del término pobreza presenta diversos obstáculos, que incluyen el análisis de los que definen la palabra, la ideología que les mueve y en base a qué datos o información lo realizan. Dependiendo de la persona o institución, va a variar el sentido y la visión que sobre la pobreza se tenga. Pongamos por ejemplo el Banco Mundial (BM), que se refiere a ella en un sentido estrictamente economicista, es decir, en función de la falta de ingresos o recursos económicos para garantizar el bienestar material. Pero se puede llegar mucho más allá, porque otra definición es la que hace suya el Fondo de Naciones Unidas para el Desarrollo, de manera tal que la pobreza es también el obstáculo que no permite concretar los objetivos del desarrollo humano.
Con respecto a los teóricos, hay que destacar a los que dan una importancia fundamental a las capacidades: No niegan que la pobreza significa carencia, pero se amplía dicho significado en base a las capacidades del ser humano para alcanzar el bienestar, su integración y participación en la sociedad, incluyendo derechos como la libertad y la capacidad de elección.
Resulta evidente que la pobreza es sinónimo de carencia material, de falta de ingresos y recursos. Pero el que los pobres se asuman como tal dependerá de lo que consideren carencias: El que en un país más del 60% de su población infantil viva en condiciones infrahumanas y que su alimento consista en una taza de arroz nos dice claramente que existe una crisis de desarrollo ligada a la pobreza. Pero también está el caso de aquellos círculos de la sociedad que consideran que algunas privaciones respecto al acceso a libertades, medios u otros, empobrecen su desarrollo, aunque cuenten con los servicios básicos para llevar una vida digna.
La realidad del mundo tiene que ser vista de manera objetiva, con sentido común y con una visión crítica que nos oriente a reflexionar sobre cómo mejorar la vida de la población en general y de integrar en la sociedad a los más desfavorecidos, fomentando su participación y que sus necesidades sean escuchadas por aquellos que les pueden dar respuesta. Otra cuestión es que no existan mecanismos que lo posibiliten, o que no funcionen como debieran. Cuando esto ocurre, la pregunta ha de ser hasta qué punto es lícito recurrir a medidas extremas, en un mundo cada vez más globalizado para ciertas cuestiones, pero que no ha querido encontrar la manera de ser más solidario...
La conceptualización del término pobreza presenta diversos obstáculos, que incluyen el análisis de los que definen la palabra, la ideología que les mueve y en base a qué datos o información lo realizan. Dependiendo de la persona o institución, va a variar el sentido y la visión que sobre la pobreza se tenga. Pongamos por ejemplo el Banco Mundial (BM), que se refiere a ella en un sentido estrictamente economicista, es decir, en función de la falta de ingresos o recursos económicos para garantizar el bienestar material. Pero se puede llegar mucho más allá, porque otra definición es la que hace suya el Fondo de Naciones Unidas para el Desarrollo, de manera tal que la pobreza es también el obstáculo que no permite concretar los objetivos del desarrollo humano.
Con respecto a los teóricos, hay que destacar a los que dan una importancia fundamental a las capacidades: No niegan que la pobreza significa carencia, pero se amplía dicho significado en base a las capacidades del ser humano para alcanzar el bienestar, su integración y participación en la sociedad, incluyendo derechos como la libertad y la capacidad de elección.
Resulta evidente que la pobreza es sinónimo de carencia material, de falta de ingresos y recursos. Pero el que los pobres se asuman como tal dependerá de lo que consideren carencias: El que en un país más del 60% de su población infantil viva en condiciones infrahumanas y que su alimento consista en una taza de arroz nos dice claramente que existe una crisis de desarrollo ligada a la pobreza. Pero también está el caso de aquellos círculos de la sociedad que consideran que algunas privaciones respecto al acceso a libertades, medios u otros, empobrecen su desarrollo, aunque cuenten con los servicios básicos para llevar una vida digna.
La realidad del mundo tiene que ser vista de manera objetiva, con sentido común y con una visión crítica que nos oriente a reflexionar sobre cómo mejorar la vida de la población en general y de integrar en la sociedad a los más desfavorecidos, fomentando su participación y que sus necesidades sean escuchadas por aquellos que les pueden dar respuesta. Otra cuestión es que no existan mecanismos que lo posibiliten, o que no funcionen como debieran. Cuando esto ocurre, la pregunta ha de ser hasta qué punto es lícito recurrir a medidas extremas, en un mundo cada vez más globalizado para ciertas cuestiones, pero que no ha querido encontrar la manera de ser más solidario...