No cabe duda de que a la hora de crear un producto o servicio el objetivo es llegar al cliente y enamorarlo. Sin embargo, es imposible crear algo realmente bueno si no empatizamos antes con los consumidores. Es necesario ponernos en sus zapatos. Y esto es precisamente lo que conseguimos al poner en marcha la metodología Design Thinking.
Cómo hacer dinámicas de Design Thinking
La metodología Design Thinking se estructura en 5 fases. Para realizar una dinámica de Design Thinking exitosa es recomendable contar con la figura del facilitador. La persona que desempeña el rol de facilitador debe reunir una serie de características que propicien el ambiente idóneo.
Es fundamental que el facilitador deje que el grupo exponga libremente todas sus ideas y se limite a escucharlas sin condicionarlas y sin dar su opinión. Su función principal es medir los tiempos y crear un buen clima en el grupo de trabajo.
Fases de Design Thinking
Para lograr un resultado exitoso es importante seguir el orden de cada una de las fases que componen el proceso de Design Thinking. A continuación explicamos brevemente cada una de las fases y cómo llevarlas a cabo.
Empatizar
El primer paso en una dinámica de Design Thinking es ponerse en los zapatos de los clientes. No solo a través del análisis de datos como la edad, el sexo o la ubicación. También busca profundizar en la forma de pensar y actuar de los clientes. Para ello se recurren a entrevistas personales, encuestas, focus group, shadowing…
Es muy importante poner énfasis en esta primera fase, ya que si no conocemos bien a nuestro cliente será imposible identificar sus necesidades.
Definir
El objetivo de esta fase es identificar un foco de acción a partir de las conclusiones extraídas de la fase anterior. Es decir, sabemos que el usuario tiene una necesidad a la hora de solucionar un problema y el reto es lograr encontrar la mejor solución.
Es esencial definir correctamente el foco de acción. Si no identificamos este foco de forma adecuada es imposible llegar a encontrar la solución ideal. Para evitar errores a la hora de definir el foco de acción es importante asegurarnos de que la información recopilada en la primera fase es suficiente como para poder identificar el problema (o problemas) de los clientes.
Uno de los ejercicios más útiles en esta fase es crear un buyer persona basándonos en las conclusiones extraídas. Esto nos permitirá elaborar un costumer journey para conocer el comportamiento de nuestros clientes. El objetivo es identificar en qué momento aparecen sus problemas y así poder ofrecer una solución a los mismos.
Idear
Una vez definido el perfil de nuestros clientes e identificados sus problemas y necesidades, ha llegado el momento de comenzar a idear las soluciones. Este será el objetivo a seguir en esta fase de la dinámica de Design Thinking.
“¿Cómo podemos solucionar el problema que está teniendo nuestro cliente?”.
Para encontrar la solución que mejor se adapte a las necesidades de nuestros clientes podemos utilizar varias técnicas. Una de las más populares por su eficacia es el brainstorming. Como su propio nombre indica, se trata de una tormenta de ideas y lo ideal es generar el mayor número posible. En este proceso no hay ideas locas, todas son válidas.
Un proceso de brainstorming debe ser ameno y divertido. Esto hace que los participantes se sientan cómodos. No olvidemos que el brainstorming se trata de un proceso creativo grupal y es importante fomentar la participación con la ayuda del facilitador.
Prototipar
Ahora que ya tenemos una batería de ideas que nos ayudarán a solucionar el problema inicial es necesario materializarlas. El prototipado nos ofrece una gran ventaja, crear una versión reducida del producto aplicando las ideas extraídas de las fases anteriores. Gracias al prototipado evitamos realizar una gran inversión antes de saber si el producto/servicio soluciona el problema de nuestros clientes. Otra de las ventajas que nos ofrece el prototipado es la posibilidad de optimizar nuestro producto, y es ahí cuando entra en juego la fase de testeo.
Cómo Prototipar
Como ya hemos dicho, para prototipar no es necesario contar con muchos recursos. Existen diferentes maneras de crear un prototipo de nuestro producto, y a continuación veremos algunas de las más habituales.
Dibujar
Antes de hacer real tu idea es muy útil dibujarla, sobre todo si tu diseño implica la creación de una app o web. Plasmar el diseño en papel nos permite saber si es atractivo, intuitivo y, por supuesto, si sigue los criterios de usabilidad. Si se trata de una aplicación web, lo ideal es dibujar las pantallas con las que interaccionan los usuarios. Esto nos permite crear un diseño adaptado a sus necesidades. Además nos facilitará el proceso de diseño y producción final de nuestro producto.
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Respuesta:
Design Thinking: fases y ejemplos
Explicación:
No cabe duda de que a la hora de crear un producto o servicio el objetivo es llegar al cliente y enamorarlo. Sin embargo, es imposible crear algo realmente bueno si no empatizamos antes con los consumidores. Es necesario ponernos en sus zapatos. Y esto es precisamente lo que conseguimos al poner en marcha la metodología Design Thinking.
Cómo hacer dinámicas de Design Thinking
La metodología Design Thinking se estructura en 5 fases. Para realizar una dinámica de Design Thinking exitosa es recomendable contar con la figura del facilitador. La persona que desempeña el rol de facilitador debe reunir una serie de características que propicien el ambiente idóneo.
Es fundamental que el facilitador deje que el grupo exponga libremente todas sus ideas y se limite a escucharlas sin condicionarlas y sin dar su opinión. Su función principal es medir los tiempos y crear un buen clima en el grupo de trabajo.
Fases de Design Thinking
Para lograr un resultado exitoso es importante seguir el orden de cada una de las fases que componen el proceso de Design Thinking. A continuación explicamos brevemente cada una de las fases y cómo llevarlas a cabo.
Empatizar
El primer paso en una dinámica de Design Thinking es ponerse en los zapatos de los clientes. No solo a través del análisis de datos como la edad, el sexo o la ubicación. También busca profundizar en la forma de pensar y actuar de los clientes. Para ello se recurren a entrevistas personales, encuestas, focus group, shadowing…
Es muy importante poner énfasis en esta primera fase, ya que si no conocemos bien a nuestro cliente será imposible identificar sus necesidades.
Definir
El objetivo de esta fase es identificar un foco de acción a partir de las conclusiones extraídas de la fase anterior. Es decir, sabemos que el usuario tiene una necesidad a la hora de solucionar un problema y el reto es lograr encontrar la mejor solución.
Es esencial definir correctamente el foco de acción. Si no identificamos este foco de forma adecuada es imposible llegar a encontrar la solución ideal. Para evitar errores a la hora de definir el foco de acción es importante asegurarnos de que la información recopilada en la primera fase es suficiente como para poder identificar el problema (o problemas) de los clientes.
Uno de los ejercicios más útiles en esta fase es crear un buyer persona basándonos en las conclusiones extraídas. Esto nos permitirá elaborar un costumer journey para conocer el comportamiento de nuestros clientes. El objetivo es identificar en qué momento aparecen sus problemas y así poder ofrecer una solución a los mismos.
Idear
Una vez definido el perfil de nuestros clientes e identificados sus problemas y necesidades, ha llegado el momento de comenzar a idear las soluciones. Este será el objetivo a seguir en esta fase de la dinámica de Design Thinking.
“¿Cómo podemos solucionar el problema que está teniendo nuestro cliente?”.
Para encontrar la solución que mejor se adapte a las necesidades de nuestros clientes podemos utilizar varias técnicas. Una de las más populares por su eficacia es el brainstorming. Como su propio nombre indica, se trata de una tormenta de ideas y lo ideal es generar el mayor número posible. En este proceso no hay ideas locas, todas son válidas.
Un proceso de brainstorming debe ser ameno y divertido. Esto hace que los participantes se sientan cómodos. No olvidemos que el brainstorming se trata de un proceso creativo grupal y es importante fomentar la participación con la ayuda del facilitador.
Prototipar
Ahora que ya tenemos una batería de ideas que nos ayudarán a solucionar el problema inicial es necesario materializarlas. El prototipado nos ofrece una gran ventaja, crear una versión reducida del producto aplicando las ideas extraídas de las fases anteriores. Gracias al prototipado evitamos realizar una gran inversión antes de saber si el producto/servicio soluciona el problema de nuestros clientes. Otra de las ventajas que nos ofrece el prototipado es la posibilidad de optimizar nuestro producto, y es ahí cuando entra en juego la fase de testeo.
Cómo Prototipar
Como ya hemos dicho, para prototipar no es necesario contar con muchos recursos. Existen diferentes maneras de crear un prototipo de nuestro producto, y a continuación veremos algunas de las más habituales.
Dibujar
Antes de hacer real tu idea es muy útil dibujarla, sobre todo si tu diseño implica la creación de una app o web. Plasmar el diseño en papel nos permite saber si es atractivo, intuitivo y, por supuesto, si sigue los criterios de usabilidad. Si se trata de una aplicación web, lo ideal es dibujar las pantallas con las que interaccionan los usuarios. Esto nos permite crear un diseño adaptado a sus necesidades. Además nos facilitará el proceso de diseño y producción final de nuestro producto.