Piluca se hizo amiga de una ola del mar. Cada mañana bajaba a la playa a la misma hora y se encontraba con ella.
- ¡Hola Ola!- le decía - ¡Hoy quiero que me hagas un tupé! Porque la ola además de ser amiga de Piluca, era buena peluquera.
La niña se sentaba de rodillas enfrente del mar, venía la ola y le pasaba por encima. El pelo castaño de Piluca quedaba alisado y sus rizos desaparecían. Después, la ola volvía a pasar y doblaba el pelo de Piluca hacia arriba. Entonces, la niña se levantaba e iba corriendo a la toalla de su madre.
-¡Mamá, mírame con tus gafas de sol para que vea cómo me ha dejado la ola! Así, Piluca comprobaba su peinado en el reflejo del cristal. Si le gustaba, iba a la orilla y le daba las gracias a la ola y si no le gustaba, le pedía que lo deshiciera y se lo volviera a hacer.
La ola creó muchos peinados para Piluca durante el verano: distintos flequillos, moños, recogidos, crestas y hasta una trenza de espiga. La niña iba y venía de la toalla a la orilla, divirtiéndose al ver, en las gafas de su madre, cómo cambiaba su aspecto.
Al acabar el verano, Piluca se despidió de su ola:
-¡Adiós Ola, lo he pasado muy bien contigo, espero encontrarte el año que viene!
En la espuma de la ola, a Piluca le pareció ver una sonrisa.
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Respuesta:
La ola de Piluca: un cuento sobre la amistad
Piluca se hizo amiga de una ola del mar. Cada mañana bajaba a la playa a la misma hora y se encontraba con ella.
- ¡Hola Ola!- le decía - ¡Hoy quiero que me hagas un tupé! Porque la ola además de ser amiga de Piluca, era buena peluquera.
La niña se sentaba de rodillas enfrente del mar, venía la ola y le pasaba por encima. El pelo castaño de Piluca quedaba alisado y sus rizos desaparecían. Después, la ola volvía a pasar y doblaba el pelo de Piluca hacia arriba. Entonces, la niña se levantaba e iba corriendo a la toalla de su madre.
-¡Mamá, mírame con tus gafas de sol para que vea cómo me ha dejado la ola! Así, Piluca comprobaba su peinado en el reflejo del cristal. Si le gustaba, iba a la orilla y le daba las gracias a la ola y si no le gustaba, le pedía que lo deshiciera y se lo volviera a hacer.
La ola creó muchos peinados para Piluca durante el verano: distintos flequillos, moños, recogidos, crestas y hasta una trenza de espiga. La niña iba y venía de la toalla a la orilla, divirtiéndose al ver, en las gafas de su madre, cómo cambiaba su aspecto.
Al acabar el verano, Piluca se despidió de su ola:
-¡Adiós Ola, lo he pasado muy bien contigo, espero encontrarte el año que viene!
En la espuma de la ola, a Piluca le pareció ver una sonrisa.
Explicación:
espero te ayude