Explicación:Cuando deje de llover es uno de los bellos cuentos para niños acerca de la lluvia, escrito por Gisela de la Torre Montoya de Sgto. de Cuba, Cuba.
Cuando le pedía a mi abuela me hiciera un cuento, me decía: “Cuando deje de llover”. Pero como estábamos en el mes de octubre, casi todas las tardes llovía, precisamente en esos momentos, era que se me antojaba pedirle que me lo contara.
Pasaron muchos días de lluvia y siempre me respondía lo mismo, hasta una ocasión en que escampó y no pudo evadirme y me contó:
—“Un día en que descansaba el león, un conejo empezó a correr de un lado para el otro sin importarle la presencia del rey de la selva quien, malhumorado, lo regañó:
—Si me sigues molestando te comeré, aunque solo me llegues a la garganta.
Sin embargo el conejo siguió brinca que te brinca. “Nada me hará porque sabe que no saciaré su apetito”, pensó. En uno de sus saltos cayó encima de él, que muy furioso lo agarró por sus orejotas y exclamó en tono amenazador:
— ¡De esta no te salva nadie!
El conejo, temblando, cerró los ojos: “Ahora sí que me llegó la hora”. En ese preciso momento pasó una liebre y tropezó con el león, que se puso más frenético y soltó al conejo para ir detrás de ella.
“La suerte está de mi parte”, se dijo el conejo huyendo. El león, al notar que la liebre se había escondido, retrocedió a buscar al conejo, pero este, astuto, se había ocultado en unos matorrales y trataba de que su respiración fuera lo más silenciosa posible.
El león, sabiendo que no podía estar lejos se puso al acecho.
Transcurrido un tiempo, el conejo no salía de su escondite, ni el león se apartaba de su sitio de vigilancia, de pronto comenzó a llover…”
Mi abuela se detuvo. Tras un largo silencio, le solicité que me lo acabara de relatar. Ella, como tenía sueño, luego de bostezar varias veces me contestó con voz adormilada:
—Cuando deje de llover.
Me quedé mirándola y pensé: “¡Se está volviendo loca, el cielo está despejado!”.
— ¡Pero si no está lloviendo! —dije.
Ella contestó:
— ¡Pero en el cuento sí!
Entonces pensé: “¡Qué abuela más ocurrente y perspicaz tengo!, buscó la alternativa perfecta para no seguir haciendo el cuento”.
Cuando deje de llover es uno de los bellos cuentos para niños acerca de la lluvia, escrito por Gisela de la Torre Montoya de Sgto. de Cuba, Cuba.
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Explicación:Cuando deje de llover es uno de los bellos cuentos para niños acerca de la lluvia, escrito por Gisela de la Torre Montoya de Sgto. de Cuba, Cuba.
Cuando le pedía a mi abuela me hiciera un cuento, me decía: “Cuando deje de llover”. Pero como estábamos en el mes de octubre, casi todas las tardes llovía, precisamente en esos momentos, era que se me antojaba pedirle que me lo contara.
Pasaron muchos días de lluvia y siempre me respondía lo mismo, hasta una ocasión en que escampó y no pudo evadirme y me contó:
—“Un día en que descansaba el león, un conejo empezó a correr de un lado para el otro sin importarle la presencia del rey de la selva quien, malhumorado, lo regañó:
—Si me sigues molestando te comeré, aunque solo me llegues a la garganta.
Sin embargo el conejo siguió brinca que te brinca. “Nada me hará porque sabe que no saciaré su apetito”, pensó. En uno de sus saltos cayó encima de él, que muy furioso lo agarró por sus orejotas y exclamó en tono amenazador:
— ¡De esta no te salva nadie!
El conejo, temblando, cerró los ojos: “Ahora sí que me llegó la hora”. En ese preciso momento pasó una liebre y tropezó con el león, que se puso más frenético y soltó al conejo para ir detrás de ella.
“La suerte está de mi parte”, se dijo el conejo huyendo. El león, al notar que la liebre se había escondido, retrocedió a buscar al conejo, pero este, astuto, se había ocultado en unos matorrales y trataba de que su respiración fuera lo más silenciosa posible.
El león, sabiendo que no podía estar lejos se puso al acecho.
Transcurrido un tiempo, el conejo no salía de su escondite, ni el león se apartaba de su sitio de vigilancia, de pronto comenzó a llover…”
Mi abuela se detuvo. Tras un largo silencio, le solicité que me lo acabara de relatar. Ella, como tenía sueño, luego de bostezar varias veces me contestó con voz adormilada:
—Cuando deje de llover.
Me quedé mirándola y pensé: “¡Se está volviendo loca, el cielo está despejado!”.
— ¡Pero si no está lloviendo! —dije.
Ella contestó:
— ¡Pero en el cuento sí!
Entonces pensé: “¡Qué abuela más ocurrente y perspicaz tengo!, buscó la alternativa perfecta para no seguir haciendo el cuento”.
Cuando deje de llover es uno de los bellos cuentos para niños acerca de la lluvia, escrito por Gisela de la Torre Montoya de Sgto. de Cuba, Cuba.