n el planeta se producen anualmente 2.100 millones de toneladas de desechos; esta cantidad podría llenar más de 800.000 piscinas olímpicas. Sin embargo, solo el 16% de esa basura es reciclada, lo que equivale a unos 323 millones de toneladas (BBC, 2019).
¿Lo sabías? El resto contamina el entorno ambiental afectando la salud humana y animal. Seguro te preguntarás: ¿cómo puedes ayudar a combatir esta compleja situación? Te contamos que el reciclaje es la mejor herramienta que puedes usar.
Reciclar no es un proceso complicado. Tampoco requiere de recursos materiales extraordinarios o de un gran espacio físico en tu hogar. Para hacerlo solo necesitas saber cómo y por qué se recicla.
Por eso, te invitamos a aumentar tus conocimientos en esta materia. Juntos vamos a aprender aspectos nuevos e interesantes sobre el reciclaje.
Por ejemplo, ¿sabías que reciclar es un proceso físico o químico? Se usa para transformar los desechos en nuevos productos o en la materia prima necesaria para fabricarlos. Sigue leyendo y entérate de más.
¿Qué reciclar y cómo organizarlo?
Casi todo lo que usamos puede ser reciclado; objetos hechos de aluminio, baterías, plástico, metales, materiales orgánicos, papel o vidrio. Cada artículo para reciclar debe ser clasificado según el material del que está compuesto. Luego este debe separarse en una bolsa o contenedor específico, donde sólo estarán los residuos de este tipo de material (Sepúlveda, 2018; Inforeciclaje, s.f.). Para identificar cómo separar los tipos de residuos se utilizan bolsas o contenedores de colores, de la siguiente manera:
Contenedor azul. En él puedes colocar papel, cartón, cajas, periódicos, revistas o folletos.
Contenedor amarillo. Es el adecuado para colocar plásticos, latas y envases.
Contenedor verde. Aquí puedes depositar vidrio, espejos y cristales rotos pero no cerámica o porcelana.
Contenedor naranja. Sirve para reciclar material orgánico.
Contenedor rojo. Es el destinatario de residuos tóxicos y peligrosos: baterías, pilas, aerosoles, desechos de hospitales y productos tecnológicos.
Contenedor gris. Coloca aquí la basura domésticas y residuos que no encajan en otra categoría (Sepúlveda, 2018; Inforeciclaje, s.f.).
Esta clasificación es el primer paso para iniciar el proceso de reciclaje. A continuación, te contamos en qué consiste el resto del ciclo.
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Em puede ser que se pueda reutilizar las botellas y hacer manualidades o algo así xd también con las latas, bueno eso lo hago yo
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n el planeta se producen anualmente 2.100 millones de toneladas de desechos; esta cantidad podría llenar más de 800.000 piscinas olímpicas. Sin embargo, solo el 16% de esa basura es reciclada, lo que equivale a unos 323 millones de toneladas (BBC, 2019).
¿Lo sabías? El resto contamina el entorno ambiental afectando la salud humana y animal. Seguro te preguntarás: ¿cómo puedes ayudar a combatir esta compleja situación? Te contamos que el reciclaje es la mejor herramienta que puedes usar.
Reciclar no es un proceso complicado. Tampoco requiere de recursos materiales extraordinarios o de un gran espacio físico en tu hogar. Para hacerlo solo necesitas saber cómo y por qué se recicla.
Por eso, te invitamos a aumentar tus conocimientos en esta materia. Juntos vamos a aprender aspectos nuevos e interesantes sobre el reciclaje.
Por ejemplo, ¿sabías que reciclar es un proceso físico o químico? Se usa para transformar los desechos en nuevos productos o en la materia prima necesaria para fabricarlos. Sigue leyendo y entérate de más.
¿Qué reciclar y cómo organizarlo?
Casi todo lo que usamos puede ser reciclado; objetos hechos de aluminio, baterías, plástico, metales, materiales orgánicos, papel o vidrio. Cada artículo para reciclar debe ser clasificado según el material del que está compuesto. Luego este debe separarse en una bolsa o contenedor específico, donde sólo estarán los residuos de este tipo de material (Sepúlveda, 2018; Inforeciclaje, s.f.). Para identificar cómo separar los tipos de residuos se utilizan bolsas o contenedores de colores, de la siguiente manera:
Contenedor azul. En él puedes colocar papel, cartón, cajas, periódicos, revistas o folletos.
Contenedor amarillo. Es el adecuado para colocar plásticos, latas y envases.
Contenedor verde. Aquí puedes depositar vidrio, espejos y cristales rotos pero no cerámica o porcelana.
Contenedor naranja. Sirve para reciclar material orgánico.
Contenedor rojo. Es el destinatario de residuos tóxicos y peligrosos: baterías, pilas, aerosoles, desechos de hospitales y productos tecnológicos.
Contenedor gris. Coloca aquí la basura domésticas y residuos que no encajan en otra categoría (Sepúlveda, 2018; Inforeciclaje, s.f.).
Esta clasificación es el primer paso para iniciar el proceso de reciclaje. A continuación, te contamos en qué consiste el resto del ciclo.