Desde el bautismo, nuestra vocación cristiana nos exige vivir y actuar como sacerdotes, profetas y reyes. Ser profeta no es cuestión de parapsicología sino de fe profunda y caridad valiente. Dios nos habla a través de su palabra contenida en la Biblia y de su voz, la voz del Espíritu Santo. Sin embargo, no todos lo somos.
Respuesta:
Desde el bautismo, nuestra vocación cristiana nos exige vivir y actuar como sacerdotes, profetas y reyes. Ser profeta no es cuestión de parapsicología sino de fe profunda y caridad valiente. Dios nos habla a través de su palabra contenida en la Biblia y de su voz, la voz del Espíritu Santo. Sin embargo, no todos lo somos.
Explicación:
Espero esto te ayude.