Créditos al consumo. Sirven para financiar compras a las que no podemos hacer frente y por ello más que créditos se podrían considerar préstamos. Los ofrecen tanto las entidades bancarias como las financieras de empresas comerciales o los propios establecimientos, como ocurre con las grandes superficies que financian las compras en varios meses, en muchas ocasiones sin cobrar intereses.
Línea de crédito. La entidad bancaria pone a nuestra disposición una cantidad máxima de dinero, de la que podemos hacer uso o no. Los intereses a favor del banco comienzan a devengar desde el momento en que tenemos disponible esa cantidad, y suelen ser algo más altos que en un préstamo común.
Créditos al consumo. Sirven para financiar compras a las que no podemos hacer frente y por ello más que créditos se podrían considerar préstamos. Los ofrecen tanto las entidades bancarias como las financieras de empresas comerciales o los propios establecimientos, como ocurre con las grandes superficies que financian las compras en varios meses, en muchas ocasiones sin cobrar intereses.
Línea de crédito. La entidad bancaria pone a nuestra disposición una cantidad máxima de dinero, de la que podemos hacer uso o no. Los intereses a favor del banco comienzan a devengar desde el momento en que tenemos disponible esa cantidad, y suelen ser algo más altos que en un préstamo común.