Jorge Eliécer Gaitán nació en Bogotá (Colombia) el 23 de enero de 1903, hijo de una excepcional pedagoga y de un dueño de librería de libros usados. Los oficios de ambos padres influyeron decididamente en su vida, además de las circunstancias económicas precarias que dominaron su infancia, adolescencia y juventud, lo que le hizo vivir y conocer de cerca la pobreza, alimentada por la esperanza de lograr una educación excepcional.
Desde muy joven se empeñó en graduarse como abogado, para luego obtener un doctorado en derecho penal bajo la orientación científica del profesor italiano Enrico Ferri. Fue así como se graduó con honores en la Real Universidad de Roma, habiendo cambiado con su tesis el rumbo del derecho penal mundial con relación a la premeditación en el delito, bajo la premisa de que no existe el libre albedrío sino que el hombre actúa movido por su subconsciente que es quien, en primera instancia, le ordena a la razón, postulado que en el siglo XXI ha sido comprobado como cierto por los experimentos de punta aplicados por los más destacados neurocientíficos.
A pesar de haber logrado excepcionales laureles en el campo científico, optó por consagrar su vida a la redención de los oprimidos, encaminándose por los senderos de la lucha política en búsqueda de conformar un gran movimiento de unidad popular que se enfrentara a la oligarquía colombiana y al imperialismo norteamericano, a fin de instaurar en Colombia una Democracia Directa que sustituyera a la Democracia Representativa, para que fuera el pueblo quien orientara los destinos del país, derrotando el sistema capitalista, para imponer un régimen socialista, donde primara la democracia política incluyente, orientada por una economía equitativa y solidaria.
Gaitán siempre se proclamó socialista y logró, sin ninguna claudicación en sus ideales, conformar aquel movimiento que se había propuesto forjar, llegando a derrotar a los partidos de la burguesía, convirtiendo ese movimiento de masas en la fuerza política más importante del momento en Colombia. Fue entonces cuando la oligarquía colombiana proyectó, en forma sistemática y generalizada, el genocidio al Movimiento Gaitanista, a fin de despojar a Gaitán de su inmenso poder popular. Paradójicamente, el movimiento se fortaleció y fue entonces cuando la CIA, en complicidad con las oligarquías colombianas, fraguó el complot que llamaron “Operación Pantomima” para asesinarlo, magnicidio que plasmaron el 9 de abril de 1948, incrementándose entonces lo que ha venido a llamarse “La Violencia” (con mayúsculas), dando inicio a la guerrilla como acto de defensa del pueblo, guerrilla que ha sobrevivido hasta hoy, después de más de medio siglo, en un proceso que ha ido modificando, poco a poco, su origen, transformándose hoy en día en un pretexto de los Estados Unidos para intervenir en las bases militares colombianas.
La historia reconoce a Jorge Eliécer Gaitán como el más importante dirigente de masas con que haya contado el país y guía espiritual profunda de las aspiraciones de cambio del pueblo colombiano, razón por la cual el gobierno nacional ha planteado, explícitamente, la necesidad de sepultar sistemáticamente su memoria como fase psicológica de la política de “seguridad democrática” que orienta el actual gobierno.
Jorge Eliécer Gaitán nació en Bogotá (Colombia) el 23 de enero de 1903, hijo de una excepcional pedagoga y de un dueño de librería de libros usados. Los oficios de ambos padres influyeron decididamente en su vida, además de las circunstancias económicas precarias que dominaron su infancia, adolescencia y juventud, lo que le hizo vivir y conocer de cerca la pobreza, alimentada por la esperanza de lograr una educación excepcional.
Desde muy joven se empeñó en graduarse como abogado, para luego obtener un doctorado en derecho penal bajo la orientación científica del profesor italiano Enrico Ferri. Fue así como se graduó con honores en la Real Universidad de Roma, habiendo cambiado con su tesis el rumbo del derecho penal mundial con relación a la premeditación en el delito, bajo la premisa de que no existe el libre albedrío sino que el hombre actúa movido por su subconsciente que es quien, en primera instancia, le ordena a la razón, postulado que en el siglo XXI ha sido comprobado como cierto por los experimentos de punta aplicados por los más destacados neurocientíficos.
A pesar de haber logrado excepcionales laureles en el campo científico, optó por consagrar su vida a la redención de los oprimidos, encaminándose por los senderos de la lucha política en búsqueda de conformar un gran movimiento de unidad popular que se enfrentara a la oligarquía colombiana y al imperialismo norteamericano, a fin de instaurar en Colombia una Democracia Directa que sustituyera a la Democracia Representativa, para que fuera el pueblo quien orientara los destinos del país, derrotando el sistema capitalista, para imponer un régimen socialista, donde primara la democracia política incluyente, orientada por una economía equitativa y solidaria.
Gaitán siempre se proclamó socialista y logró, sin ninguna claudicación en sus ideales, conformar aquel movimiento que se había propuesto forjar, llegando a derrotar a los partidos de la burguesía, convirtiendo ese movimiento de masas en la fuerza política más importante del momento en Colombia. Fue entonces cuando la oligarquía colombiana proyectó, en forma sistemática y generalizada, el genocidio al Movimiento Gaitanista, a fin de despojar a Gaitán de su inmenso poder popular. Paradójicamente, el movimiento se fortaleció y fue entonces cuando la CIA, en complicidad con las oligarquías colombianas, fraguó el complot que llamaron “Operación Pantomima” para asesinarlo, magnicidio que plasmaron el 9 de abril de 1948, incrementándose entonces lo que ha venido a llamarse “La Violencia” (con mayúsculas), dando inicio a la guerrilla como acto de defensa del pueblo, guerrilla que ha sobrevivido hasta hoy, después de más de medio siglo, en un proceso que ha ido modificando, poco a poco, su origen, transformándose hoy en día en un pretexto de los Estados Unidos para intervenir en las bases militares colombianas.
La historia reconoce a Jorge Eliécer Gaitán como el más importante dirigente de masas con que haya contado el país y guía espiritual profunda de las aspiraciones de cambio del pueblo colombiano, razón por la cual el gobierno nacional ha planteado, explícitamente, la necesidad de sepultar sistemáticamente su memoria como fase psicológica de la política de “seguridad democrática” que orienta el actual gobierno.
Gloria Gaitán - Bogotá, noviembre de 2009