PepDx344
La corrida de toros o toreo es una fiesta que consiste en lidiar toros bravos, a pie o a caballo, en un recinto cerrado para tal fin, la plaza de toros.
El origen de las corridas de toros en España hunde sus raíces en la cultura grecolatina que es introducida en el proceso de romanización. El culto al toro como divinidad y su sacrificio ritual está constatado en las civilizaciones minoica y otras del mediterráneo oriental desde al menos la edad del bronce. Los romanos, que incorporan a su propia cultura los mitos y divinidades de su zona de influencia, comienzan la conquista de Hispania con su desembarco en Ampurias, en la actual Cataluña, en el contexto de las guerras punicas. La romanización, que comienza en la Tarraconense y se extiende con los siglos a toda Hispania, instaura en la cultura local los juegos y luchas de fieras, en las que el toro era un animal de frecuente intervención, existiendo constancia de luchas contra osos, leones y por supuesto seres humanos. Las primeras prohibiciones de las que se tiene constancia, parten de la Iglesia Católica en el siglo XVI. Fue en 1567 cuando el Papa Pio VI decretó en la bula “De salutis gregis dominici” que quienes participaran o presenciaran las corridas de toros incurrían automáticamente (“latae sententiae”) en la pena de excomunión.
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jvbkaz17
Mal , la tesis es un punto de vista ; consta de de maximo tres oraciones , no como esta hay que es una definicion
El origen de las corridas de toros en España hunde sus raíces en la cultura grecolatina que es introducida en el proceso de romanización. El culto al toro como divinidad y su sacrificio ritual está constatado en las civilizaciones minoica y otras del mediterráneo oriental desde al menos la edad del bronce. Los romanos, que incorporan a su propia cultura los mitos y divinidades de su zona de influencia, comienzan la conquista de Hispania con su desembarco en Ampurias, en la actual Cataluña, en el contexto de las guerras punicas. La romanización, que comienza en la Tarraconense y se extiende con los siglos a toda Hispania, instaura en la cultura local los juegos y luchas de fieras, en las que el toro era un animal de frecuente intervención, existiendo constancia de luchas contra osos, leones y por supuesto seres humanos.
Las primeras prohibiciones de las que se tiene constancia, parten de la Iglesia Católica en el siglo XVI. Fue en 1567 cuando el Papa Pio VI decretó en la bula “De salutis gregis dominici” que quienes participaran o presenciaran las corridas de toros incurrían automáticamente (“latae sententiae”) en la pena de excomunión.