El Salto, Jal. En Jalisco no sólo existen paseos turísticos como el del Tequila, también está el del horror. Es el recorrido por la contaminación del agua. Este, comienza en el vaso las Pintas –que contiene aguas residuales- en la zona metropolitana de Guadalajara. Sigue por el arroyo el Ahogado donde confluyen el drenaje municipal y descargas de aguas industriales. Continúa por los cuerpos de agua ocultos detrás de las unidades habitacionales y las fábricas, para llegar al otrora Niágara mexicano, la cascada de este municipio que ahora es una cortina de espuma amarillenta que desprende olores pestilentes.
La ruta evidencia las décadas de infestación del río Santiago -que inicia en el lago de Chapala- y que comenzó con la expansión del corredor industrial desde los años 60, donde ahora hay alrededor de 400 plantas de metalurgia, química y farmacéutica, entre otras. Este cauce, desde su nacimiento, pero sobre todo al pasar por la presa el Ahogado -antes de cruzar los poblados de El Salto y Juanacatlán- se ensucia de aguas residuales provenientes de las fabricas y del drenaje de Guadalajara, de acuerdo con el expediente de hechos Lago de Chapala de la Comisión de Cooperación Ambiental de América del Norte (CCAAN).
Cerca de 150 mil habitantes de la zona están expuestos cotidianamente a respirar aire sucio y los vapores que emergen del agua, lo que deja problemas de salud como cáncer y enfermedades renales; en los últimos 15 años ha crecido el número de enfermos. En El Salto hay alrededor de 2 mil 600 personas enfermas, de ellas 524 son de insuficiencia renal y 236 tienen cáncer.
El Salto, Jal. En Jalisco no sólo existen paseos turísticos como el del Tequila, también está el del horror. Es el recorrido por la contaminación del agua. Este, comienza en el vaso las Pintas –que contiene aguas residuales- en la zona metropolitana de Guadalajara. Sigue por el arroyo el Ahogado donde confluyen el drenaje municipal y descargas de aguas industriales. Continúa por los cuerpos de agua ocultos detrás de las unidades habitacionales y las fábricas, para llegar al otrora Niágara mexicano, la cascada de este municipio que ahora es una cortina de espuma amarillenta que desprende olores pestilentes.
La ruta evidencia las décadas de infestación del río Santiago -que inicia en el lago de Chapala- y que comenzó con la expansión del corredor industrial desde los años 60, donde ahora hay alrededor de 400 plantas de metalurgia, química y farmacéutica, entre otras. Este cauce, desde su nacimiento, pero sobre todo al pasar por la presa el Ahogado -antes de cruzar los poblados de El Salto y Juanacatlán- se ensucia de aguas residuales provenientes de las fabricas y del drenaje de Guadalajara, de acuerdo con el expediente de hechos Lago de Chapala de la Comisión de Cooperación Ambiental de América del Norte (CCAAN).
Cerca de 150 mil habitantes de la zona están expuestos cotidianamente a respirar aire sucio y los vapores que emergen del agua, lo que deja problemas de salud como cáncer y enfermedades renales; en los últimos 15 años ha crecido el número de enfermos. En El Salto hay alrededor de 2 mil 600 personas enfermas, de ellas 524 son de insuficiencia renal y 236 tienen cáncer.