Respuesta:
¡Dios me bendijo
no hay duda en ello,
dándome un hijo,
mozo tan bello!
¿Cuánta esperanza
da su crianza!
aunque mi caja
con él camina
a su ruina,
con tal alhaja,
me juzgo rico!
¡Qué guapo chico!
El asombro era
de su colegio
con su mollera
de privilegio.
Ya que ha salido
de él y adquirido
hartas nociones,
sólo pasea
Y zanganea,
por más sermones
que le predico.
Disputa chilla,
no hace bulla;
su tarabilla
nos aturullla.
Si con cariño
le digo: “Niño,
por Dios, no grites”,
echa dilemas,
y echa sorites
por ese pico.
A mi me asombra
la algarabía
de lo que él nombra
Filosofía.
Pido razones y explicaciones
claras y serias;
y en sus respuestas
me dice que éstas
no son materias
para un borrico.
Siguió de historia
para ejercicio
de la memoria
con que propicio
lo dotó el cielo,
con gran desvelo,
curso completo.
Justo es lo alabe;
lo mismo sabe
de Hugo Capeto
que de Alarico.
Más dados, banca
y gallos juega
con mano franca;
y más despliega
en estas cosas
sus portentosas
disposiciones,
que en las ligeras
y pasajeras
ocupaciones
a que lo aplico.
Si lo amonesto
se enciende en furia
porque más que esto,
nada lo injuria.
Tales enojos
brotan sus ojos
que me acobarda.
Yo callo al punto
como un difunto...
¡Buena me aguarda
si le replico!
¿Es esto?
" Life is not a problem to be solved but a reality to be experienced! "
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Respuesta:
¡Dios me bendijo
no hay duda en ello,
dándome un hijo,
mozo tan bello!
¿Cuánta esperanza
da su crianza!
aunque mi caja
con él camina
a su ruina,
con tal alhaja,
me juzgo rico!
¡Qué guapo chico!
El asombro era
de su colegio
con su mollera
de privilegio.
Ya que ha salido
de él y adquirido
hartas nociones,
sólo pasea
Y zanganea,
por más sermones
que le predico.
¡Qué guapo chico!
Disputa chilla,
no hace bulla;
su tarabilla
nos aturullla.
Si con cariño
le digo: “Niño,
por Dios, no grites”,
echa dilemas,
y echa sorites
por ese pico.
¡Qué guapo chico!
A mi me asombra
la algarabía
de lo que él nombra
Filosofía.
Pido razones y explicaciones
claras y serias;
y en sus respuestas
me dice que éstas
no son materias
para un borrico.
¡Qué guapo chico!
Siguió de historia
para ejercicio
de la memoria
con que propicio
lo dotó el cielo,
con gran desvelo,
curso completo.
Justo es lo alabe;
lo mismo sabe
de Hugo Capeto
que de Alarico.
¡Qué guapo chico!
Más dados, banca
y gallos juega
con mano franca;
y más despliega
en estas cosas
sus portentosas
disposiciones,
que en las ligeras
y pasajeras
ocupaciones
a que lo aplico.
¡Qué guapo chico!
Si lo amonesto
se enciende en furia
porque más que esto,
nada lo injuria.
Tales enojos
brotan sus ojos
que me acobarda.
Yo callo al punto
como un difunto...
¡Buena me aguarda
si le replico!
¡Qué guapo chico!
¿Es esto?