Coloca tus codos flexionados cerca de tus costados: no deberían moverse de ahí mientras estás saltando. Esto quiere decir que el movimiento que imprimimos a la cuerda para que esta se mueva se origina en nuestras muñecas, no en nuestros hombros. Los hombros no describen círculos para hacer girar la cuerda, ni los antebrazos se mueven arriba y abajo. Todo el movimiento fluye desde las muñecas.
Aterriza siempre sobre la punta de los pies: no aterrices en el suelo con el pie plano, ya que esto puede generar daños en las rodillas principalmente. Impúlsate desde la punta de los pies y aterriza sobre ella, manteniendo siempre las rodillas ligeramente flexionadas, nunca rígidas.
Activa tu core para mantener una buena postura: según van pasando los segundos y cuando comienza a aparecer la fatiga, es muy típico que nos vayamos encorvando hacia adelante, escondiendo el pecho y redondeando la zona dorsal. Para evitar esto, intenta mantener la espalda bien erguida, realizando una elongación axial (intenta que tu cabeza llegue alto mientras que empujas el suelo fuertemente con los pies al tocarlo).
Respuesta:
Coloca tus codos flexionados cerca de tus costados: no deberían moverse de ahí mientras estás saltando. Esto quiere decir que el movimiento que imprimimos a la cuerda para que esta se mueva se origina en nuestras muñecas, no en nuestros hombros. Los hombros no describen círculos para hacer girar la cuerda, ni los antebrazos se mueven arriba y abajo. Todo el movimiento fluye desde las muñecas.
Aterriza siempre sobre la punta de los pies: no aterrices en el suelo con el pie plano, ya que esto puede generar daños en las rodillas principalmente. Impúlsate desde la punta de los pies y aterriza sobre ella, manteniendo siempre las rodillas ligeramente flexionadas, nunca rígidas.
Activa tu core para mantener una buena postura: según van pasando los segundos y cuando comienza a aparecer la fatiga, es muy típico que nos vayamos encorvando hacia adelante, escondiendo el pecho y redondeando la zona dorsal. Para evitar esto, intenta mantener la espalda bien erguida, realizando una elongación axial (intenta que tu cabeza llegue alto mientras que empujas el suelo fuertemente con los pies al tocarlo).