Respuesta:Los Estados y las Iglesias tienen como objeto de su acción a los seres humanos, a quienes deben servir, por lo que el ordenamiento de cada una de estas dos entidades debe mantenerse en el ámbito de su propia vigencia: los Estados, en ofrecer bienestar a todos los ciudadanos, y las religiones, en su misión de brindar a todo ser humano una propuesta de salvación trascendente.
Por tanto, los principios que rigen sus relaciones deben necesariamente reconocer la distinción entre lo que es del césar y lo que es de Dios; es decir, entre el Estado (lo civil) y la Iglesia (la religión), y establecer que la autonomía de cada uno se hace necesaria para el cumplimientos de su respectiva función.
Respuesta:Los Estados y las Iglesias tienen como objeto de su acción a los seres humanos, a quienes deben servir, por lo que el ordenamiento de cada una de estas dos entidades debe mantenerse en el ámbito de su propia vigencia: los Estados, en ofrecer bienestar a todos los ciudadanos, y las religiones, en su misión de brindar a todo ser humano una propuesta de salvación trascendente.
Por tanto, los principios que rigen sus relaciones deben necesariamente reconocer la distinción entre lo que es del césar y lo que es de Dios; es decir, entre el Estado (lo civil) y la Iglesia (la religión), y establecer que la autonomía de cada uno se hace necesaria para el cumplimientos de su respectiva función.
Explicación: espero aver ayudarlos los quiero uwu