Ser imagen de Dios y, por tanto, criatura espiritual, significa que el hombre está naturalmente abierto al Absoluto. Esto se traduce en el deseo de la unión con Dios que es su única perfección. Por eso, la imagen está en tensión hacia la semejanza con Dios, que expresa la posesión del fin prometido.
Respuesta:
somos transformados y nacidos de nuevo
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Ser imagen de Dios y, por tanto, criatura espiritual, significa que el hombre está naturalmente abierto al Absoluto. Esto se traduce en el deseo de la unión con Dios que es su única perfección. Por eso, la imagen está en tensión hacia la semejanza con Dios, que expresa la posesión del fin prometido.