SaraiFlores
Creo que nunca en mi vida había visto salir de una sala de cine a tantos hombres con lágrimas en los ojos, y es que Rápidos y Furiosos 7 es un homenaje a Paul Walker, y a los orígenes de la saga que lo lanzó a la fama.
Pero si van a ver esta película el fin de semana no lo hagan sólo por el morbo de si se nota o no que en algunas escenas aparecen los hermanos de Paul Walker haciéndose pasar por él (no se nota). Esta séptima entrega transforma a Toretto y a su “familia” en superhéroes, dejando casi de lado las carreras callejeras para enfocarse en salvar al mundo, ¿y quién no quiere ver eso?
La película empieza casi exactamente donde terminó la sexta, y desde el principio nos presentan al nuevo “malo”, Deckard Shaw (Jason Statham), un asesino sin escrúpulos que busca vengar a su hermano acabando con todo el equipo de Toretto.
Entre las escenas que sin duda se volverán icónicas se encuentra una pelea a mano limpia entre La Roca y El Transportador (la recomendación más importante que les tengo es que vean esta película en IMAX para que puedan sentir en el vibrar de los asientos la fuerza de los golpes de esta pelea). También el momento de alucinante claridad en el que te das cuenta de que, al menos en Rápidos y Furiosos, los autos sí vuelan, especialmente el LykN Hypersport (del que sólo existen 7 unidades en el mundo).
No hay ley de la física que se respete en esta película, pero la verdad es que nunca hemos visto Rápidos y Furiosos por su realismo. Y aunque tiene una trama que guía la acción cada diálogo se siente como un adiós.
Y la despedida que le dan a Paul Walker no pudo ser más perfecta. A pesar de estar perfectamente integrada con la película sientes como claramente la producción y en especial Vin Diesel le dicen adiós a un gran amigo.
Pero no lloren, si algo les quedará claro al final de la película es que pronto habrá una octava con más acción, más Dwayne Johnson y más carros espectaculares desafiando la gravedad.
Pero si van a ver esta película el fin de semana no lo hagan sólo por el morbo de si se nota o no que en algunas escenas aparecen los hermanos de Paul Walker haciéndose pasar por él (no se nota). Esta séptima entrega transforma a Toretto y a su “familia” en superhéroes, dejando casi de lado las carreras callejeras para enfocarse en salvar al mundo, ¿y quién no quiere ver eso?
La película empieza casi exactamente donde terminó la sexta, y desde el principio nos presentan al nuevo “malo”, Deckard Shaw (Jason Statham), un asesino sin escrúpulos que busca vengar a su hermano acabando con todo el equipo de Toretto.
Entre las escenas que sin duda se volverán icónicas se encuentra una pelea a mano limpia entre La Roca y El Transportador (la recomendación más importante que les tengo es que vean esta película en IMAX para que puedan sentir en el vibrar de los asientos la fuerza de los golpes de esta pelea). También el momento de alucinante claridad en el que te das cuenta de que, al menos en Rápidos y Furiosos, los autos sí vuelan, especialmente el LykN Hypersport (del que sólo existen 7 unidades en el mundo).
No hay ley de la física que se respete en esta película, pero la verdad es que nunca hemos visto Rápidos y Furiosos por su realismo. Y aunque tiene una trama que guía la acción cada diálogo se siente como un adiós.
Y la despedida que le dan a Paul Walker no pudo ser más perfecta. A pesar de estar perfectamente integrada con la película sientes como claramente la producción y en especial Vin Diesel le dicen adiós a un gran amigo.
Pero no lloren, si algo les quedará claro al final de la película es que pronto habrá una octava con más acción, más Dwayne Johnson y más carros espectaculares desafiando la gravedad.
Nuestra clasificación: 8/10
Para verla con: pareja, amistades, papás, sola, adolescentes