Simone Martini (Siena, Italia h. 1284 - Aviñón, Francia h. 1344) fue hijo de un tal Martino del que solo se conoce que vivió en el barrio de San Egidio y que tuvo otro hijo que también fue pintor, Donato, además, el padre tuvo que confiarlos a Memmo di Filipuccio fue uno de los grandes pintores del Trecento en Italia. Fue una figura principal en el desarrollo de la primitiva pintura italiana e influyó fuertemente en el desarrollo del estilo gótico internacional. Se enmarca en la escuela sienesa, a la que pertenecieron también los grandes pintores Duccio di Buoninsegna, Lippo Memmi y los hermanos Pietro y Ambrogio Lorenzetti. Fue el más reputado maestro entre los pintores del Trecento en el dominio del color. Elementos esenciales de su estética son su gusto por la línea y la caligrafía admirable de los miniaturistas de la Escuela de miniaturistas de París.
La pintura fue el arte favorito de la ciudad de Siena, cuya escuela de pintores rivalizaba con la de Florencia. Durante los primeros años del siglo XIV, mediante una manera de pintar inspirada en los modelos y la técnica de la maniera greca, diferenciada, por tanto, de Giotto y la escuela florentina, los pintores de Siena lograron formular también el tema del espacio pictórico. El estilo de la escuela sienesa y de Simone Martini se manifestó en el amaneramiento y la estilización de las figuras, así como en el uso de los fondos ornamentales dorados y de una gama de color subjetiva que proporcionan una notable expresividad lírica a las composiciones. Respecto al estilo, tiene reminiscencias de Duccio, como son el tipo de la Virgen, con la piel pálida, los ojos oblicuos y nariz larga. También tiene infiltraciones del Giotto, tales se muestran en los frescos de la vida de San Martín, realizados en una capilla de Asís.
Simone Martini (Siena, Italia h. 1284 - Aviñón, Francia h. 1344) fue hijo de un tal Martino del que solo se conoce que vivió en el barrio de San Egidio y que tuvo otro hijo que también fue pintor, Donato, además, el padre tuvo que confiarlos a Memmo di Filipuccio fue uno de los grandes pintores del Trecento en Italia. Fue una figura principal en el desarrollo de la primitiva pintura italiana e influyó fuertemente en el desarrollo del estilo gótico internacional. Se enmarca en la escuela sienesa, a la que pertenecieron también los grandes pintores Duccio di Buoninsegna, Lippo Memmi y los hermanos Pietro y Ambrogio Lorenzetti. Fue el más reputado maestro entre los pintores del Trecento en el dominio del color. Elementos esenciales de su estética son su gusto por la línea y la caligrafía admirable de los miniaturistas de la Escuela de miniaturistas de París.
La pintura fue el arte favorito de la ciudad de Siena, cuya escuela de pintores rivalizaba con la de Florencia. Durante los primeros años del siglo XIV, mediante una manera de pintar inspirada en los modelos y la técnica de la maniera greca, diferenciada, por tanto, de Giotto y la escuela florentina, los pintores de Siena lograron formular también el tema del espacio pictórico. El estilo de la escuela sienesa y de Simone Martini se manifestó en el amaneramiento y la estilización de las figuras, así como en el uso de los fondos ornamentales dorados y de una gama de color subjetiva que proporcionan una notable expresividad lírica a las composiciones. Respecto al estilo, tiene reminiscencias de Duccio, como son el tipo de la Virgen, con la piel pálida, los ojos oblicuos y nariz larga. También tiene infiltraciones del Giotto, tales se muestran en los frescos de la vida de San Martín, realizados en una capilla de Asís.