La mayoría de los países petroleros construyen sus economías sobre la base de las exportaciones petroleras, lo que se deriva en una alta renta, sobre todo cuando los precios de los hidrocarburos aumentan a escala global.
El bienestar social generado por estas altas rentas generalmente es dirigido por la acción de Estados paternalistas que inyectan en los mercados grandes flujos de capital para propiciar así crecimiento económico y mejor calidad de vida.
Del mismo modo los países del sudeste asiático han construído sus economías sobre la base de exportaciones, aunque no petroleras, igualmente valiosas, por su naturaleza.
Estas economías basadas en la generación de divisas por exportaciones han aumentado el tamaño de los mercados internos y han generado climas de crecimiento económico y de transformación social sobre los precios internacionales.
Así pues tanto las economías de los nuevos tigres asiáticos como de los países petroleros se basan en las exportaciones, más que en el desarrollo de mercados internos, lo que deriva de lo primero y se sostienen programas de desarrollo estatales y planificados por Estados que manejan buena parte del monopolio económico.
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La mayoría de los países petroleros construyen sus economías sobre la base de las exportaciones petroleras, lo que se deriva en una alta renta, sobre todo cuando los precios de los hidrocarburos aumentan a escala global.
El bienestar social generado por estas altas rentas generalmente es dirigido por la acción de Estados paternalistas que inyectan en los mercados grandes flujos de capital para propiciar así crecimiento económico y mejor calidad de vida.
Del mismo modo los países del sudeste asiático han construído sus economías sobre la base de exportaciones, aunque no petroleras, igualmente valiosas, por su naturaleza.
Estas economías basadas en la generación de divisas por exportaciones han aumentado el tamaño de los mercados internos y han generado climas de crecimiento económico y de transformación social sobre los precios internacionales.
Así pues tanto las economías de los nuevos tigres asiáticos como de los países petroleros se basan en las exportaciones, más que en el desarrollo de mercados internos, lo que deriva de lo primero y se sostienen programas de desarrollo estatales y planificados por Estados que manejan buena parte del monopolio económico.