Los tikuna conforman el pueblo indígena más numeroso del Amazonas brasileño. Con una historia marcada por la violenta entrada de los siringueros, pescadores y madereros en la región del río Solimões, recién en los años 1990 lograron el reconocimiento oficial de la mayoría de sus tierras. En la actualidad enfrentan el desafío de garantizar su sustentabilidad económica y ambiental, así como corresponder las relaciones con la sociedad circundante manteniendo viva su riquísima cultura. No es casual la repercusión internacional que las máscaras, los diseños y las pinturas de este pueblo han obtenido. Los tikuna conforman el pueblo indígena más numeroso del Amazonas brasileño. Con una historia marcada por la violenta entrada de los siringueros, pescadores y madereros en la región del río Solimões, recién en los años 1990 lograron el reconocimiento oficial de la mayoría de sus tierras. En la actualidad enfrentan el desafío de garantizar su sustentabilidad económica y ambiental, así como corresponder las relaciones con la sociedad circundante manteniendo viva su riquísima cultura. No es casual la repercusión internacional que las máscaras, los diseños y las pinturas de este pueblo han obtenido.
Según los registros de la tradición oral, Yo´i (uno de los principales héroes culturales) fue el que pescó los primeros ticuna de las rojas aguas del riacho Eware (cercano a las nacientes del riacho São Jerônimo). Estos eran los Magüta (literalmente, “conjunto de personas pescadas con vara”; del verbo magü, “pescar con vara”, y del indicativo colectivo -ta), que comenzaron a habitar las cercanías de la casa de Yo´i, en la montaña denominada Taiwegine. Hoy en día, este lugar sigue siendo sagrado para los ticuna, en donde residen algunos de los inmortales y en donde se encuentran los vestigios materiales de sus creencias (como los restos de la casa o de la vara de pescar usada por Yo´i).
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Los tikuna conforman el pueblo indígena más numeroso del Amazonas brasileño. Con una historia marcada por la violenta entrada de los siringueros, pescadores y madereros en la región del río Solimões, recién en los años 1990 lograron el reconocimiento oficial de la mayoría de sus tierras. En la actualidad enfrentan el desafío de garantizar su sustentabilidad económica y ambiental, así como corresponder las relaciones con la sociedad circundante manteniendo viva su riquísima cultura. No es casual la repercusión internacional que las máscaras, los diseños y las pinturas de este pueblo han obtenido. Los tikuna conforman el pueblo indígena más numeroso del Amazonas brasileño. Con una historia marcada por la violenta entrada de los siringueros, pescadores y madereros en la región del río Solimões, recién en los años 1990 lograron el reconocimiento oficial de la mayoría de sus tierras. En la actualidad enfrentan el desafío de garantizar su sustentabilidad económica y ambiental, así como corresponder las relaciones con la sociedad circundante manteniendo viva su riquísima cultura. No es casual la repercusión internacional que las máscaras, los diseños y las pinturas de este pueblo han obtenido.
Según los registros de la tradición oral, Yo´i (uno de los principales héroes culturales) fue el que pescó los primeros ticuna de las rojas aguas del riacho Eware (cercano a las nacientes del riacho São Jerônimo). Estos eran los Magüta (literalmente, “conjunto de personas pescadas con vara”; del verbo magü, “pescar con vara”, y del indicativo colectivo -ta), que comenzaron a habitar las cercanías de la casa de Yo´i, en la montaña denominada Taiwegine. Hoy en día, este lugar sigue siendo sagrado para los ticuna, en donde residen algunos de los inmortales y en donde se encuentran los vestigios materiales de sus creencias (como los restos de la casa o de la vara de pescar usada por Yo´i).