El 46% de los trabajadores del país no tienen acceso a seguros de salud, no cotizan para futuras pensiones ni tiene la protección de la normativa laboral.
Todos ellos laboraban en la informalidad al primer trimestre del 2019, cuando se registró el nivel histórico más alto desde 2010, año en el que el Instituto Nacional de Estadística y Censos (INEC) comenzó a realizar la Encuesta Continua de Empleo.
Del otro lado de la moneda, en esa medición, el trabajo formal alcanzó su punto más bajo, al pasar de 58,6% a 53,9% de los trabajadores.
De acuerdo con el programa Estado de la Nación, la situación de tener empleo sin ningún tipo de respaldo ni garantía no solo afecta a las personas, sino que le genera problemas al Gobierno.
“La baja formalidad es un efecto negativo para la economía y para el país, porque un puesto formal significa ingresos para el Estado a través de los impuestos y de la seguridad social", confirmó Natalia Morales, investigadora de ese programa.
Menos trabajadores asegurados significa menos ingresos para el seguro de salud y el régimen de pensiones de Invalidez, Vejez y Muerte (IVM), de la Caja Costarricense de Seguro Social (CCSS).
“Afecta tanto a la CCSS como al trabajador y por eso estamos diseñando un modelo de aseguramiento que permita agrupar, hasta donde sea posible, diferentes sectores informales", explicó Carlos Alfaro Alfaro, gerente financiero de la Caja.
Aparte de la Caja, también el Ministerio de Hacienda captará menos recursos correspondientes a impuesto de renta; el Instituto Nacional de Seguros (INS) en pólizas de riesgo de trabajo e incluso se ve afectado el Fondo de Asignaciones Familiares (Fodesaf), que financia programas de ayuda social para el combate a la pobreza, pues no percibe los eventuales aportes patronales.
En el primer trimestre del presente año había 1,2 millones de trabajadores con empleos formales, mientras que otro millón de personas realizaban labores en la informalidad.
“El porcentaje de ocupados con empleo formal disminuyó 4,7% en ese periodo (último año), variación que es estadísticamente significativa respecto al mismo trimestre de 2018”, manifestó Luis Sánchez, economista del INEC.
La formalidad contempla a los asalariados con seguridad social, a empleadores y trabajadores con empresas constituidas legalmente.
Explicación:
El 46% de los trabajadores del país no tienen acceso a seguros de salud, no cotizan para futuras pensiones ni tiene la protección de la normativa laboral.
Todos ellos laboraban en la informalidad al primer trimestre del 2019, cuando se registró el nivel histórico más alto desde 2010, año en el que el Instituto Nacional de Estadística y Censos (INEC) comenzó a realizar la Encuesta Continua de Empleo.
Del otro lado de la moneda, en esa medición, el trabajo formal alcanzó su punto más bajo, al pasar de 58,6% a 53,9% de los trabajadores.
De acuerdo con el programa Estado de la Nación, la situación de tener empleo sin ningún tipo de respaldo ni garantía no solo afecta a las personas, sino que le genera problemas al Gobierno.
“La baja formalidad es un efecto negativo para la economía y para el país, porque un puesto formal significa ingresos para el Estado a través de los impuestos y de la seguridad social", confirmó Natalia Morales, investigadora de ese programa.
Menos trabajadores asegurados significa menos ingresos para el seguro de salud y el régimen de pensiones de Invalidez, Vejez y Muerte (IVM), de la Caja Costarricense de Seguro Social (CCSS).
“Afecta tanto a la CCSS como al trabajador y por eso estamos diseñando un modelo de aseguramiento que permita agrupar, hasta donde sea posible, diferentes sectores informales", explicó Carlos Alfaro Alfaro, gerente financiero de la Caja.
Aparte de la Caja, también el Ministerio de Hacienda captará menos recursos correspondientes a impuesto de renta; el Instituto Nacional de Seguros (INS) en pólizas de riesgo de trabajo e incluso se ve afectado el Fondo de Asignaciones Familiares (Fodesaf), que financia programas de ayuda social para el combate a la pobreza, pues no percibe los eventuales aportes patronales.
En el primer trimestre del presente año había 1,2 millones de trabajadores con empleos formales, mientras que otro millón de personas realizaban labores en la informalidad.
“El porcentaje de ocupados con empleo formal disminuyó 4,7% en ese periodo (último año), variación que es estadísticamente significativa respecto al mismo trimestre de 2018”, manifestó Luis Sánchez, economista del INEC.
La formalidad contempla a los asalariados con seguridad social, a empleadores y trabajadores con empresas constituidas legalmente.