Si tomas una cuchara de plástico que está dentro de una taza con chocolate caliente y la metes a tu boca, es poco probable que te quemes la lengua. Sin embargo, sería muy fácil que te quemaras si bebes el chocolate caliente. ¿Por qué?
Al utilizar una cuchara de plástico, contaríamos con un elemento que es aislante del calor. Por consiguiente, podríamos someterla a la máxima temperatura posible (lógicamente, que no llegue a derretir al mismo plástico) que, de todas formas, la temperatura de la cuchara respectiva no cambiaría. En oposición, si utilizáramos una cuchara de metal (material conductor del calor), en efecto, nos quemaríamos la lengua.
Al utilizar una cuchara de plástico, contaríamos con un elemento que es aislante del calor. Por consiguiente, podríamos someterla a la máxima temperatura posible (lógicamente, que no llegue a derretir al mismo plástico) que, de todas formas, la temperatura de la cuchara respectiva no cambiaría. En oposición, si utilizáramos una cuchara de metal (material conductor del calor), en efecto, nos quemaríamos la lengua.