Más de 100,000 personas en los Estados Unidos están esperando un trasplante de órgano.
Lamentablemente, es posible que muchos nunca reciban la llamada para informarles que se ha encontrado un órgano de un donante adecuado —y una segunda oportunidad de vida—. Se calcula que, cada día en los EE. UU., mueren 20 pacientes por la falta de donación de órganos.
Puede ser difícil pensar en lo que le va a pasar a tu cuerpo después de que mueras, ni hablar de donar tus órganos y tejidos. Pero ser donante de órganos es una decisión generosa que vale la pena y que puede salvar vidas.
Si nunca has considerado la donación de órganos o aún no has tomado la decisión de ser donante debido a que contabas con información posiblemente inexacta, aquí encontrarás respuestas a algunos mitos y preocupaciones comunes sobre la donación de órganos.
Mito: Si acepto donar mis órganos, el personal del hospital no se esforzará tanto para salvar mi vida.
Realidad: Cuando vas al hospital para recibir tratamiento, los médicos se concentran en salvar tu vida, no la de otra persona. Te atenderá un médico cuya experiencia se acerque lo más posible a tu afección en particular y que pueda brindarte la mejor atención posible.
Mito: Tal vez, no esté realmente muerto cuando firmen mi certificado de defunción.
Realidad: Aunque es un tema popular en los tabloides, en realidad, la gente no empieza a mover los dedos de los pies después de ser declarada muerta. De hecho, a las personas que han aceptado la donación de órganos se les hacen más pruebas (sin costo alguno para sus familias) para determinar que están realmente muertas que a aquellas que no han aceptado la donación de órganos.
Mito: La donación de órganos va en contra de mi religión.
Realidad: La donación de órganos concuerda con las creencias de la mayoría de las principales religiones. Estas religiones incluyen el catolicismo romano, el islamismo, la mayoría de las ramas del judaísmo y la mayoría de las creencias protestantes. Si no estás seguro o te sientes incómodo con la posición de tu fe sobre la donación de órganos, pregúntale a un miembro de tu clero.
Mito: Soy menor de 18 años. Soy demasiado joven para tomar esta decisión.
Realidad: Muchos estados permiten que las personas menores de 18 años se registren como donantes de órganos, pero la decisión final seguirá siendo responsabilidad de tus padres o tu tutor legal. Conversa sobre tu deseo de convertirte en donante de órganos con tu familia y pídeles su consentimiento. Ten en cuenta que los niños también necesitan trasplantes de órganos, y por lo general necesitan órganos más pequeños que los que un adulto puede proporcionar.
Mito: Un funeral con ataúd abierto no es una opción para las personas que han donado órganos o tejidos.
Realidad: La donación de órganos y tejidos no interfiere en la celebración de un funeral con ataúd abierto. El cuerpo del donante se viste para el entierro y se trata con cuidado y respeto, por lo que no hay signos visibles de donación de órganos o tejidos.
Mito: Soy demasiado viejo para donar. Nadie querría mis órganos.
Realidad: No hay una edad límite definida para donar órganos. La decisión de usar tus órganos se basa en criterios médicos estrictos, no en la edad. No te descalifiques prematuramente. Deja que los médicos decidan en el momento de tu muerte si tus órganos y tejidos son adecuados para el trasplante.
Mito: No tengo buena salud. Nadie querría mis órganos o tejidos.
Realidad: Muy pocas afecciones médicas te descalifican automáticamente para donar órganos. La decisión de utilizar un órgano se basa en criterios médicos estrictos. Puede ser que ciertos órganos no sean adecuados para el trasplante, pero otros órganos y tejidos pueden estar bien. No te descalifiques prematuramente. Solo los profesionales médicos pueden determinar en el momento de tu muerte si tus órganos son adecuados para el trasplante.
Mito: Me gustaría donar uno de mis riñones ahora, pero no se me permitiría hacerlo a menos que uno de los miembros de mi familia lo necesite.
Realidad: Aunque ese solía ser el caso, ya no lo es. Ya sea que la persona a la que deseas ayudar sea un familiar lejano, un amigo o un completo desconocido, puedes donar un riñón a través de ciertos centros de trasplante.
Si decides convertirte en donante vivo, te someterás a un extenso interrogatorio para garantizar que estés al tanto de los riesgos y que tu decisión de donar no se base en un beneficio económico. También se te harán pruebas para determinar si tus riñones están en buenas condiciones y si puedes llevar una vida saludable con un solo riñón.
Respuesta:
Explicación paso a paso:
Más de 100,000 personas en los Estados Unidos están esperando un trasplante de órgano.
Lamentablemente, es posible que muchos nunca reciban la llamada para informarles que se ha encontrado un órgano de un donante adecuado —y una segunda oportunidad de vida—. Se calcula que, cada día en los EE. UU., mueren 20 pacientes por la falta de donación de órganos.
Puede ser difícil pensar en lo que le va a pasar a tu cuerpo después de que mueras, ni hablar de donar tus órganos y tejidos. Pero ser donante de órganos es una decisión generosa que vale la pena y que puede salvar vidas.
Si nunca has considerado la donación de órganos o aún no has tomado la decisión de ser donante debido a que contabas con información posiblemente inexacta, aquí encontrarás respuestas a algunos mitos y preocupaciones comunes sobre la donación de órganos.
Mito: Si acepto donar mis órganos, el personal del hospital no se esforzará tanto para salvar mi vida.
Realidad: Cuando vas al hospital para recibir tratamiento, los médicos se concentran en salvar tu vida, no la de otra persona. Te atenderá un médico cuya experiencia se acerque lo más posible a tu afección en particular y que pueda brindarte la mejor atención posible.
Mito: Tal vez, no esté realmente muerto cuando firmen mi certificado de defunción.
Realidad: Aunque es un tema popular en los tabloides, en realidad, la gente no empieza a mover los dedos de los pies después de ser declarada muerta. De hecho, a las personas que han aceptado la donación de órganos se les hacen más pruebas (sin costo alguno para sus familias) para determinar que están realmente muertas que a aquellas que no han aceptado la donación de órganos.
Mito: La donación de órganos va en contra de mi religión.
Realidad: La donación de órganos concuerda con las creencias de la mayoría de las principales religiones. Estas religiones incluyen el catolicismo romano, el islamismo, la mayoría de las ramas del judaísmo y la mayoría de las creencias protestantes. Si no estás seguro o te sientes incómodo con la posición de tu fe sobre la donación de órganos, pregúntale a un miembro de tu clero.
Mito: Soy menor de 18 años. Soy demasiado joven para tomar esta decisión.
Realidad: Muchos estados permiten que las personas menores de 18 años se registren como donantes de órganos, pero la decisión final seguirá siendo responsabilidad de tus padres o tu tutor legal. Conversa sobre tu deseo de convertirte en donante de órganos con tu familia y pídeles su consentimiento. Ten en cuenta que los niños también necesitan trasplantes de órganos, y por lo general necesitan órganos más pequeños que los que un adulto puede proporcionar.
Mito: Un funeral con ataúd abierto no es una opción para las personas que han donado órganos o tejidos.
Realidad: La donación de órganos y tejidos no interfiere en la celebración de un funeral con ataúd abierto. El cuerpo del donante se viste para el entierro y se trata con cuidado y respeto, por lo que no hay signos visibles de donación de órganos o tejidos.
Mito: Soy demasiado viejo para donar. Nadie querría mis órganos.
Realidad: No hay una edad límite definida para donar órganos. La decisión de usar tus órganos se basa en criterios médicos estrictos, no en la edad. No te descalifiques prematuramente. Deja que los médicos decidan en el momento de tu muerte si tus órganos y tejidos son adecuados para el trasplante.
Mito: No tengo buena salud. Nadie querría mis órganos o tejidos.
Realidad: Muy pocas afecciones médicas te descalifican automáticamente para donar órganos. La decisión de utilizar un órgano se basa en criterios médicos estrictos. Puede ser que ciertos órganos no sean adecuados para el trasplante, pero otros órganos y tejidos pueden estar bien. No te descalifiques prematuramente. Solo los profesionales médicos pueden determinar en el momento de tu muerte si tus órganos son adecuados para el trasplante.
Mito: Me gustaría donar uno de mis riñones ahora, pero no se me permitiría hacerlo a menos que uno de los miembros de mi familia lo necesite.
Realidad: Aunque ese solía ser el caso, ya no lo es. Ya sea que la persona a la que deseas ayudar sea un familiar lejano, un amigo o un completo desconocido, puedes donar un riñón a través de ciertos centros de trasplante.
Si decides convertirte en donante vivo, te someterás a un extenso interrogatorio para garantizar que estés al tanto de los riesgos y que tu decisión de donar no se base en un beneficio económico. También se te harán pruebas para determinar si tus riñones están en buenas condiciones y si puedes llevar una vida saludable con un solo riñón.