Estamos en temporada de fresa y aprovechamos para aprovisionarnos bien de mermelada de fresa hecha en casa. Perfecta para acompañar las tostadas de pan del desayuno, para endulzar un yogur natural, para dar un toque extra de sabor y jugosidad a masas de bizcochos y magdalenas y mucho más, merece la pena llenar la despensa de mermelada de fresa casera. Lo agradeceremos durante el resto del año.
La fresa es una fruta que contiene poca pectina, sustancia responsable de la gelificación de las mermeladas, así que le he añadido un par de gramos de agar agar a la mezcla para que la consistencia final sea más espesa. Se puede prescindir de ello y aumentar ligeramente el tiempo de cocción. Aunque no se conseguirá el mismo resultado, la mermelada de fresa esperará un poco más. Al gusto.
Ingredientes
Para 0 personas
Fresa o fresón
500 g
Azúcar
500 g
Limón
1
Agar agar
2 g
Cómo hacer mermelada de fresa
Dificultad: Fácil
Tiempo total
45 m
Elaboración
10 m
Cocción
35 m
Lavamos las fresas o el fresón y retiramos las hojas y la parte blanca que puedan tener. Cortamos por la mitad y colocamos en el vaso de una batidora. Trituramos ligeramente hasta conseguir un puré con algún que otro tropezón. Vertemos el puré en una cacerola y añadimos el azúcar y el zumo de un limón. Removemos y llevamos a ebullición.
Bajamos la temperatura y cocemos a fuego suave. Se formará espuma en la superficie, así que la retiramos con ayuda de una cuchara. Tendremos que repetir la operación de vez en cuando. Transcurridos 35 minutos de cocción, añadimos el agar agar y removemos con unas varillas para que se integre bien. Retiramos del fuego y dejamos enfriar antes de traspasar a frascos de vidrio y guardar en el frigo.
Paso A Paso Mermelada De Fresa
Con qué acompañar la mermelada de fresa
La mermelada de fresa es perfecta para untar sobre las tostadas de pan del desayuno, aunque también puede servir para rellenar tartas y pasteles, como ingrediente extra en la elaboración de magdalenas, bozcochos y otras masas. Está tan buena que dan ganas de comerla a cucharadasa, la verdad sea dicha, pero mejor la reservamos para las ocasiones y recetas anteriores.
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fresa porque mi ingrediente favorito Sígueme por favor
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Estamos en temporada de fresa y aprovechamos para aprovisionarnos bien de mermelada de fresa hecha en casa. Perfecta para acompañar las tostadas de pan del desayuno, para endulzar un yogur natural, para dar un toque extra de sabor y jugosidad a masas de bizcochos y magdalenas y mucho más, merece la pena llenar la despensa de mermelada de fresa casera. Lo agradeceremos durante el resto del año.
La fresa es una fruta que contiene poca pectina, sustancia responsable de la gelificación de las mermeladas, así que le he añadido un par de gramos de agar agar a la mezcla para que la consistencia final sea más espesa. Se puede prescindir de ello y aumentar ligeramente el tiempo de cocción. Aunque no se conseguirá el mismo resultado, la mermelada de fresa esperará un poco más. Al gusto.
Ingredientes
Para 0 personas
Fresa o fresón
500 g
Azúcar
500 g
Limón
1
Agar agar
2 g
Cómo hacer mermelada de fresa
Dificultad: Fácil
Tiempo total
45 m
Elaboración
10 m
Cocción
35 m
Lavamos las fresas o el fresón y retiramos las hojas y la parte blanca que puedan tener. Cortamos por la mitad y colocamos en el vaso de una batidora. Trituramos ligeramente hasta conseguir un puré con algún que otro tropezón. Vertemos el puré en una cacerola y añadimos el azúcar y el zumo de un limón. Removemos y llevamos a ebullición.
Bajamos la temperatura y cocemos a fuego suave. Se formará espuma en la superficie, así que la retiramos con ayuda de una cuchara. Tendremos que repetir la operación de vez en cuando. Transcurridos 35 minutos de cocción, añadimos el agar agar y removemos con unas varillas para que se integre bien. Retiramos del fuego y dejamos enfriar antes de traspasar a frascos de vidrio y guardar en el frigo.
Paso A Paso Mermelada De Fresa
Con qué acompañar la mermelada de fresa
La mermelada de fresa es perfecta para untar sobre las tostadas de pan del desayuno, aunque también puede servir para rellenar tartas y pasteles, como ingrediente extra en la elaboración de magdalenas, bozcochos y otras masas. Está tan buena que dan ganas de comerla a cucharadasa, la verdad sea dicha, pero mejor la reservamos para las ocasiones y recetas anteriores.