Las perspectivas económicas de Asia meridional son desalentadoras. La región sufrirá la peor recesión de su historia en 2020 como consecuencia de los devastadores impactos de la COVID-19 en sus economías: los más afectados serán los trabajadores informales y millones de personas caerán en la pobreza extrema.
En la última edición del informe Enfoque económico en Asia meridional titulado Beaten or broken? (¿Golpeado o quebrado?) (PDF, en inglés), se prevé una contracción del crecimiento regional de un 7,7 % en 2020, después de llegar a un 6 % anual en los últimos cinco años. Se espera que la economía de India, la más grande de la región, se contraiga un 9,6 % en el ejercicio que comenzó en marzo de 2020, y se proyecta que el crecimiento regional repuntará y llegará al 4,5 % en 2021. Sin embargo, si se considera el crecimiento de la población, el ingreso per cápita de la región se mantendrá un 6 % por debajo de las estimaciones de 2019, lo que revela que el repunte previsto no compensará los daños económicos de larga duración causados por la pandemia.
En recesiones anteriores, la disminución de la inversión y de las exportaciones impulsó la desaceleración. Esta vez es diferente, ya que el consumo privado —tradicionalmente el pilar de la demanda en Asia meridional y un indicador básico del bienestar económico— caerá más de un 10 % y hará aumentar todavía más las tasas de pobreza.
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Las perspectivas económicas de Asia meridional son desalentadoras. La región sufrirá la peor recesión de su historia en 2020 como consecuencia de los devastadores impactos de la COVID-19 en sus economías: los más afectados serán los trabajadores informales y millones de personas caerán en la pobreza extrema.
En la última edición del informe Enfoque económico en Asia meridional titulado Beaten or broken? (¿Golpeado o quebrado?) (PDF, en inglés), se prevé una contracción del crecimiento regional de un 7,7 % en 2020, después de llegar a un 6 % anual en los últimos cinco años. Se espera que la economía de India, la más grande de la región, se contraiga un 9,6 % en el ejercicio que comenzó en marzo de 2020, y se proyecta que el crecimiento regional repuntará y llegará al 4,5 % en 2021. Sin embargo, si se considera el crecimiento de la población, el ingreso per cápita de la región se mantendrá un 6 % por debajo de las estimaciones de 2019, lo que revela que el repunte previsto no compensará los daños económicos de larga duración causados por la pandemia.
En recesiones anteriores, la disminución de la inversión y de las exportaciones impulsó la desaceleración. Esta vez es diferente, ya que el consumo privado —tradicionalmente el pilar de la demanda en Asia meridional y un indicador básico del bienestar económico— caerá más de un 10 % y hará aumentar todavía más las tasas de pobreza.
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