Si viviéramos en el jardín del Edén descrito en el libro del Génesis de la Biblia no sería necesaria la economía.
La razón es que, por definición, la Economía es la ciencia que se ocupa de administrar los recursos (que son escasos y limitados), para poder satisfacer las necesidades humanas (que son ilimitadas). Sin embargo, tal como establece el libro del Génesis de la Biblia (2:8-9), el Edén es un huerto del que Dios hizo nacer de la tierra todo árbol bueno para comer, que era regado por un río y que era, por tanto, bueno para comer lo que se quisiera.
Así, como no hace falta administrar ningún recurso, no sería necesaria la economía, porque el mismo jardín del Edén proveería todo lo necesario (gratis) para satisfacer las necesidades.
Si viviéramos en el jardín del Edén descrito en el libro del Génesis de la Biblia no sería necesaria la economía.
La razón es que, por definición, la Economía es la ciencia que se ocupa de administrar los recursos (que son escasos y limitados), para poder satisfacer las necesidades humanas (que son ilimitadas). Sin embargo, tal como establece el libro del Génesis de la Biblia (2:8-9), el Edén es un huerto del que Dios hizo nacer de la tierra todo árbol bueno para comer, que era regado por un río y que era, por tanto, bueno para comer lo que se quisiera.
Así, como no hace falta administrar ningún recurso, no sería necesaria la economía, porque el mismo jardín del Edén proveería todo lo necesario (gratis) para satisfacer las necesidades.