LA SEPARACION DE PANAMA DE COLOMBIA. MITOS Y FALSEDADES
Pasada la conmemoración del Centenario de la creación de la República de Panamá estamos en condiciones de hacer un balance de los aportes historiográficos que nos quedan como saldo. Debemos afirmar que el resultado final es positivo, pese a la falta de apoyo de los medios oficiales. Aunque con escasa trascendencia hacia el gran público, la intelectualidad panameña, la comunidad de historiadores y cientistas sociales debatió en profundidad sobre el acontecimiento y sus implicaciones históricas. Múltiples conferencias, decenas de artículos y monografías, y algunos libros vieron la luz en este primer Centenario. La óptica desde la cual abordamos esta evaluación no es la de un estudio bibliográfico, sino la continuidad del debate acalorado y apasionante que se produjo durante la conmemoración. Tal y como viene sucediendo desde el mismo 3 de noviembre de 1903, los argumentos en favor y en contra del acontecimiento se dividen en tres bandos, bautizados por el historiador Carlos Gasteazoro como: la leyenda dorada, la leyenda negra y la versión ecléctica.
Aquí asumimos la defensa de lo que erróneamente en Panamá se ha denominado "leyenda negra", tomando diez de los principales argumentos esgrimidos por sus detractores durante el debate del Centenario, desnudándolos uno por uno, para demostrar con hechos que no estamos ante una leyenda, sino ante la cruda realidad de lo acontecido.
En Panamá se ha denominado "leyenda negra" a las interpretaciones de los acontecimientos del 3 de noviembre de 1903 que muestran el papel jugado por la intervención norteamericana en la separación de Colombia. Con este calificativo se ha pretendido desacreditar obras como la de Oscar Terán (Del Tratado Herrán-Hay al Tratado Hay- Bunau Varilla), de Ovidio Díaz E. (El país creado por Wall Street) o la mía (La verdadera historia de la separación de 1903). Analicemos algunos de los argumentos esgrimidos contra estas versiones, a ver si se trata de una "leyenda" o un análisis objetivo.
1. No hubo intervención norteamericana.
Si uno lee los libros de texto utilizados en nuestras escuelas, no encuentra ninguna participación norteamericana en el acontecimiento. La versión de J. B. Sosa y E. Arce (Compendio de historia de Panamá), primera historia oficial, salvo una rápida mención del Sr. Shaler ("amigo de la separación") en Colón, y del acorazado Nashville que "hizo desembarcar una fuerza… para proteger la salida del tren … y los intereses y vidas de los extranjeros de aquella localidad", pareciera que Estados Unidos no tuvo mucho que ver con la separación de Panamá de Colombia del 3 de noviembre de 1903.
Lo mismo puede decirse de Datos para la historia de José A. Arango, fuente privilegiada de lo que se ha llamado "leyenda dorada", para el cual los norteamericanos sólo juegan un papel secundario, de apoyo al movimiento. Sin embargo, Arango deja entrever la participación activa de algunos personajes como Beers, Shaler, Prescott y un "caballero" que no nombra en Nueva York (William N. Cromwell).
Basta un poco de curiosidad para indagar quiénes eran estos señores y la "leyenda dorada" se viene al piso, quedando al descubierto el nexo de intereses imperialistas que los unía a la Compañía del Ferrocarril de Panamá, a la Compañía Nueva del Canal (francesa) y a lo que se jugaban en el Tratado Herrán-Hay. Todos ellos, incluyendo J. A. Arango y Manuel Amador Guerrero, laboraban para Compañía del Ferrocarril y tenían como su jefe y cerebro de la conspiración a William N. Cromwell.
Respuesta:
LA SEPARACION DE PANAMA DE COLOMBIA. MITOS Y FALSEDADES
Pasada la conmemoración del Centenario de la creación de la República de Panamá estamos en condiciones de hacer un balance de los aportes historiográficos que nos quedan como saldo. Debemos afirmar que el resultado final es positivo, pese a la falta de apoyo de los medios oficiales. Aunque con escasa trascendencia hacia el gran público, la intelectualidad panameña, la comunidad de historiadores y cientistas sociales debatió en profundidad sobre el acontecimiento y sus implicaciones históricas. Múltiples conferencias, decenas de artículos y monografías, y algunos libros vieron la luz en este primer Centenario. La óptica desde la cual abordamos esta evaluación no es la de un estudio bibliográfico, sino la continuidad del debate acalorado y apasionante que se produjo durante la conmemoración. Tal y como viene sucediendo desde el mismo 3 de noviembre de 1903, los argumentos en favor y en contra del acontecimiento se dividen en tres bandos, bautizados por el historiador Carlos Gasteazoro como: la leyenda dorada, la leyenda negra y la versión ecléctica.
Aquí asumimos la defensa de lo que erróneamente en Panamá se ha denominado "leyenda negra", tomando diez de los principales argumentos esgrimidos por sus detractores durante el debate del Centenario, desnudándolos uno por uno, para demostrar con hechos que no estamos ante una leyenda, sino ante la cruda realidad de lo acontecido.
En Panamá se ha denominado "leyenda negra" a las interpretaciones de los acontecimientos del 3 de noviembre de 1903 que muestran el papel jugado por la intervención norteamericana en la separación de Colombia. Con este calificativo se ha pretendido desacreditar obras como la de Oscar Terán (Del Tratado Herrán-Hay al Tratado Hay- Bunau Varilla), de Ovidio Díaz E. (El país creado por Wall Street) o la mía (La verdadera historia de la separación de 1903). Analicemos algunos de los argumentos esgrimidos contra estas versiones, a ver si se trata de una "leyenda" o un análisis objetivo.
1. No hubo intervención norteamericana.
Si uno lee los libros de texto utilizados en nuestras escuelas, no encuentra ninguna participación norteamericana en el acontecimiento. La versión de J. B. Sosa y E. Arce (Compendio de historia de Panamá), primera historia oficial, salvo una rápida mención del Sr. Shaler ("amigo de la separación") en Colón, y del acorazado Nashville que "hizo desembarcar una fuerza… para proteger la salida del tren … y los intereses y vidas de los extranjeros de aquella localidad", pareciera que Estados Unidos no tuvo mucho que ver con la separación de Panamá de Colombia del 3 de noviembre de 1903.
Lo mismo puede decirse de Datos para la historia de José A. Arango, fuente privilegiada de lo que se ha llamado "leyenda dorada", para el cual los norteamericanos sólo juegan un papel secundario, de apoyo al movimiento. Sin embargo, Arango deja entrever la participación activa de algunos personajes como Beers, Shaler, Prescott y un "caballero" que no nombra en Nueva York (William N. Cromwell).
Basta un poco de curiosidad para indagar quiénes eran estos señores y la "leyenda dorada" se viene al piso, quedando al descubierto el nexo de intereses imperialistas que los unía a la Compañía del Ferrocarril de Panamá, a la Compañía Nueva del Canal (francesa) y a lo que se jugaban en el Tratado Herrán-Hay. Todos ellos, incluyendo J. A. Arango y Manuel Amador Guerrero, laboraban para Compañía del Ferrocarril y tenían como su jefe y cerebro de la conspiración a William N. Cromwell.
Explicación:
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Bendiciones cuídate mucho
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