Que el espíritu de la libertad es aquél que asume y goza de su propia responsabilidad, que prefiere elegir y equivocarse a recibir directrices externas. Es el que no se ve atado a planes ajenos, por sesudos que éstos sean, puesto que en la vida de cada cual los diseños más importantes son los propios.
La libertad es una aspiración constante de cada individuo y la humanidad toda.
Se aprecia la “libertad de espíritu” de quienes no se dejan condicionar por la opinión pública y piensan con la propia cabeza.
¿En qué consiste tal libertad? Nos responde San Pablo que “donde está el Espíritu del Señor, allí hay libertad.
Un primer paso para la comprensión consiste en iluminar tal libertad, oponiéndola a su contrario, la esclavitud: “Cristo nos ha librado para la libertad. Permanezcan, pues, firmes y no se sometan de nuevo al yugo de la esclavitud.
¿A qué esclavitud se refiere? A la de la ley del Antiguo Testamento, tal como era interpretada por las corrientes fariseas, que él conocía y vivió desde dentro, como recuerda con lujo de detalles en Filipenses 3, 6.
Habían caído en un perfeccionismo, llegando a tomar la ley como objeto de minuciosos análisis humanos, con prescindencia casi de su dinamismo interpersonal, ya con Dios, ya con los semejantes.
Respuesta:
Que el espíritu de la libertad es aquél que asume y goza de su propia responsabilidad, que prefiere elegir y equivocarse a recibir directrices externas. Es el que no se ve atado a planes ajenos, por sesudos que éstos sean, puesto que en la vida de cada cual los diseños más importantes son los propios.
Explicación:
Espero que te sirva Bye:))
Respuesta:
La libertad es una aspiración constante de cada individuo y la humanidad toda.
Se aprecia la “libertad de espíritu” de quienes no se dejan condicionar por la opinión pública y piensan con la propia cabeza.
¿En qué consiste tal libertad? Nos responde San Pablo que “donde está el Espíritu del Señor, allí hay libertad.
Un primer paso para la comprensión consiste en iluminar tal libertad, oponiéndola a su contrario, la esclavitud: “Cristo nos ha librado para la libertad. Permanezcan, pues, firmes y no se sometan de nuevo al yugo de la esclavitud.
¿A qué esclavitud se refiere? A la de la ley del Antiguo Testamento, tal como era interpretada por las corrientes fariseas, que él conocía y vivió desde dentro, como recuerda con lujo de detalles en Filipenses 3, 6.
Habían caído en un perfeccionismo, llegando a tomar la ley como objeto de minuciosos análisis humanos, con prescindencia casi de su dinamismo interpersonal, ya con Dios, ya con los semejantes.