La dignidad de la persona humana está enraizada en su creación a imagen y semejanza de Dios. Dios nos ha creado para que vivamos juntos y de esa manera podamos realizarnos y ser felices. Por haber sido hecho a imagen de Dios, el ser humano tiene la dignidad de persona; no es solamente algo, sino alguien.
2. Como promover el respeto a la dignidad humana
Reflexionar cuáles son nuestras actitudes y creencias, sesgos, privilegios. Así, nos damos cuenta que eso no nos hace ni mejor ni peor. Crear espacios de reflexión donde se pueda debatir posturas, analizarlas e incluso cambiarlas sin llegar a imponer.
COMO AYUDAR A TU PROJIMO
Apoyo emocional. Brinda tu tiempo y escucha a alguien que necesite platicar de su experiencia o problema. Hazlo sin juzgar, sin acaparar la conversación.
Mira a tu alrededor. Una planta que necesita agua, un perrito que está perdido, un anciano solitario, un colega abrumado o una persona en aprietos. Acércate y saluda. Observa si es oportuno o es mejor retirarse.
En casa siempre hay acciones para ayudar a los demás. Dedica unas horas a realizar tareas postergadas por otros y que facilitan la vida de todos en tu hogar.
Tu sonrisa es siempre una gran ayuda para otros. Busca contagiar entusiasmo y amor a la vida, aun si es un desconocido, verte sonreír le hará sonreír también.
Corresponde. Tú también habrás recibido ayuda en otro momento, nunca olvides a quien te extendió la mano y permanece atento a alguna necesidad que pueda tener.
Felicita o reconoce lo bueno de cada persona. No tienes idea del trabajo que realiza cada persona en sus actividades, si alguien ha cocinado rico, díselo, si han hecho bien su trabajo, si lucen bien, si lo has visto realizar un esfuerzo adicional, reconócelo y dale ánimos.
Sé amable con todos. Un gesto, la más mínima acción para ayudar a los demás, todo suma para un bienestar social que nos beneficia a todos.
Sé generoso. Desde pagar el café de una persona sin hogar, ofrecer vestido a quien no tiene, o realizar donaciones a instituciones u organizaciones como Cáritas de Monterrey.
Orar. No necesitas ir a un templo ni decir de memoria alguna oración. solo entra en tu habitación. Dios escucha en lo más íntimo de tu corazón. Pide por todos, por las necesidades de cada persona, incluso las de tus enemigos.
Identifica en qué eres tan bueno que lo puedes ofrecer como servicio a la comunidad. Por ejemplo, enseñar matemáticas, conversar con ancianos, preparar comida, pasar tiempo con los niños, barrer una calle o limpiar una playa, coser ropa para los que no tienen, ser voluntario o incluso donar dinero
Respuesta:
Espero te ayude
Explicación:
1. Como fortaleces mi dignidad como hijo de Dios
La dignidad de la persona humana está enraizada en su creación a imagen y semejanza de Dios. Dios nos ha creado para que vivamos juntos y de esa manera podamos realizarnos y ser felices. Por haber sido hecho a imagen de Dios, el ser humano tiene la dignidad de persona; no es solamente algo, sino alguien.
2. Como promover el respeto a la dignidad humana
Reflexionar cuáles son nuestras actitudes y creencias, sesgos, privilegios. Así, nos damos cuenta que eso no nos hace ni mejor ni peor. Crear espacios de reflexión donde se pueda debatir posturas, analizarlas e incluso cambiarlas sin llegar a imponer.
COMO AYUDAR A TU PROJIMO
Apoyo emocional. Brinda tu tiempo y escucha a alguien que necesite platicar de su experiencia o problema. Hazlo sin juzgar, sin acaparar la conversación.
Mira a tu alrededor. Una planta que necesita agua, un perrito que está perdido, un anciano solitario, un colega abrumado o una persona en aprietos. Acércate y saluda. Observa si es oportuno o es mejor retirarse.
En casa siempre hay acciones para ayudar a los demás. Dedica unas horas a realizar tareas postergadas por otros y que facilitan la vida de todos en tu hogar.
Tu sonrisa es siempre una gran ayuda para otros. Busca contagiar entusiasmo y amor a la vida, aun si es un desconocido, verte sonreír le hará sonreír también.
Corresponde. Tú también habrás recibido ayuda en otro momento, nunca olvides a quien te extendió la mano y permanece atento a alguna necesidad que pueda tener.
Felicita o reconoce lo bueno de cada persona. No tienes idea del trabajo que realiza cada persona en sus actividades, si alguien ha cocinado rico, díselo, si han hecho bien su trabajo, si lucen bien, si lo has visto realizar un esfuerzo adicional, reconócelo y dale ánimos.
Sé amable con todos. Un gesto, la más mínima acción para ayudar a los demás, todo suma para un bienestar social que nos beneficia a todos.
Sé generoso. Desde pagar el café de una persona sin hogar, ofrecer vestido a quien no tiene, o realizar donaciones a instituciones u organizaciones como Cáritas de Monterrey.
Orar. No necesitas ir a un templo ni decir de memoria alguna oración. solo entra en tu habitación. Dios escucha en lo más íntimo de tu corazón. Pide por todos, por las necesidades de cada persona, incluso las de tus enemigos.
Identifica en qué eres tan bueno que lo puedes ofrecer como servicio a la comunidad. Por ejemplo, enseñar matemáticas, conversar con ancianos, preparar comida, pasar tiempo con los niños, barrer una calle o limpiar una playa, coser ropa para los que no tienen, ser voluntario o incluso donar dinero