que diferencia a una persona alta de otra baja no son sólo sus genes. Es cierto que los pediatras utilizan las tallas del padre y de la madre como referencia para determinar la estatura que alcanzará un niño. A la media de la estatura de los padres le suman 8-9 centímetros si es niño o le restan esa misma cifra si es niña. Y si quieren ser un poco más precisos incluyen en la media las tallas de los abuelos. Pero, de una u otra forma, ese cálculo sólo proporciona una referencia del potencial genético que tiene esa persona, que alcanzará o no ese tope en función del ambiente y de las circunstancias personales en que se críe. María Dolores Marrodán, codirectora del grupo de investigación EPINUT (epidemiología nutricional) de la Universidad Complutense de Madrid (UCM) y directiva de la Sociedad Española de Dietética y Ciencias de la Alimentación (Sedca), explica que una prueba de que la calidad de vida y las condiciones ambientales influyen en el crecimiento es que en todos los países industrializados los niños son hoy más altos y maduran antes que sus compatriotas de hace cien años. En sus trabajos de revisión de series históricas de la estatura de la población infantil española, Marrodán ha constatado que la aceleración del crecimiento que se venía produciendo desde finales del siglo XIX sufrió un retraso durante los años de la Guerra Civil y la posguerra debido a los problemas de nutrición, y los niños pobres de esa época fueron más bajitos que los de cincuenta años antes. Según las tablas de medidas tomadas en Barcelona en los años 40, había diferencias notables de estatura entre los niños según pertenecieran a familias acomodadas o humildes. Con todo, los niños barceloneses desfavorecidos eran más altos que los madrileños, lo que los expertos relacionan con el prolongado bloqueo de alimentos que sufrió Madrid durante la Guerra Civil.
Respuesta:
que diferencia a una persona alta de otra baja no son sólo sus genes. Es cierto que los pediatras utilizan las tallas del padre y de la madre como referencia para determinar la estatura que alcanzará un niño. A la media de la estatura de los padres le suman 8-9 centímetros si es niño o le restan esa misma cifra si es niña. Y si quieren ser un poco más precisos incluyen en la media las tallas de los abuelos. Pero, de una u otra forma, ese cálculo sólo proporciona una referencia del potencial genético que tiene esa persona, que alcanzará o no ese tope en función del ambiente y de las circunstancias personales en que se críe. María Dolores Marrodán, codirectora del grupo de investigación EPINUT (epidemiología nutricional) de la Universidad Complutense de Madrid (UCM) y directiva de la Sociedad Española de Dietética y Ciencias de la Alimentación (Sedca), explica que una prueba de que la calidad de vida y las condiciones ambientales influyen en el crecimiento es que en todos los países industrializados los niños son hoy más altos y maduran antes que sus compatriotas de hace cien años. En sus trabajos de revisión de series históricas de la estatura de la población infantil española, Marrodán ha constatado que la aceleración del crecimiento que se venía produciendo desde finales del siglo XIX sufrió un retraso durante los años de la Guerra Civil y la posguerra debido a los problemas de nutrición, y los niños pobres de esa época fueron más bajitos que los de cincuenta años antes. Según las tablas de medidas tomadas en Barcelona en los años 40, había diferencias notables de estatura entre los niños según pertenecieran a familias acomodadas o humildes. Con todo, los niños barceloneses desfavorecidos eran más altos que los madrileños, lo que los expertos relacionan con el prolongado bloqueo de alimentos que sufrió Madrid durante la Guerra Civil.
Explicación:
si te sirvió me das coronita