Finalmente, Alicia se cansa de los tres y sigue su camino. Para su sorpresa, descubre una puerta en el tronco de un árbol. Al cruzarla, reconoce la habitación en la que encontró la llave de oro. Ahora sí, logra entrar en el jardín mágico. Allí, la niña se topa con tres jardineros que están ocupados pintando las rosas blancas de color rojo. Cuando les pregunta por qué lo hacen, responden que se equivocaron y que plantaron un rosal blanco donde la Reina les había pedido uno rojo. Alicia está muy sorprendida, porque los jardineros son naipes parlantes y, cuando la Reina pasa frente al rosal con su séquito, descubre que está integrado totalmente por naipes. A pedido de la Reina, Alicia se presenta.
Después de un rato recordó que todavía tenía los trozos de hongo en la mano y, con cuidado, empezó a mordisquear primero de uno pedazo y luego del otro, lo que hizo que primero creciera y luego empequeñeciera, hasta alcanzar su tamaño correcto”.
La soberana es muy autoritaria y amenaza con cortar la cabeza a cualquiera que la contradiga. Comienza un extraño juego de croquet en el que participan la Reina, la Duquesa y Alicia. Los mazos son flamencos, las pelotas son erizos enrollados y los soldados-naipes tienen que doblarse para marcar el curso del juego. La Reina amenaza con decapitar a cualquier jugador que no se atenga a las reglas del juego.
El Gato se niega a besar la mano
Alicia se asusta y le alegra descubrir que el Gato de Cheshire está de regreso, porque su cercanía la hace sentir bien. Con alegría, Alicia presenta al gato, de quien solo se ve la cabeza, al Rey. Pero cuando el monarca exige que el animal bese su mano, el gato se rehúsa. Enojado, el Rey llama a la Reina y ella lo condena a muerte por decapitación.
‘No hay nada que hacer’, dijo el gato. ‘Aquí todos están locos. Yo estoy loco. Tú estás loca.’”.
Entonces, se desata una discusión entre el verdugo y la Reina acerca de la imposibilidad de decapitar al Gato de Cheshire. No es posible desprender una cabeza de un cuerpo inexistente, dice el verdugo. Si hay una cabeza, es posible cortarla, dice la Reina. Alicia trata de mediar, proponiendo consultar a la Duquesa porque el gato es de ella. Entonces descubren que la Reina envió a la Duquesa al calabozo, y que primero hay que ir a buscarla. Mientras tanto, el gato ha desaparecido por completo.
La Falsa Tortuga hace bailar a las muñecas
La Duquesa se alegra de volver a ver a Alicia. Las dos mantienen un profundo diálogo. La Duquesa intenta convencer a Alicia de que es posible aprender algo de todas las historias que uno experimenta en la vida. A la Reina le molesta la relación armoniosa entre Alicia y la duquesa, y amenaza con decapitarla. Luego de que la duquesa escapa de la escena, continúa la partida de croquet. La Reina le propone a Alicia visitar a la Falsa Tortuga para escuchar su historia de vida.
‘¡Qué cosa!’, pensó Alicia. ‘Muchas veces vi gatos sin sonrisa, ¡pero nunca había visto una sonrisa sin gato! Nunca antes me pasó algo así’”.
El grifo acompaña a Alicia, pero él ya conoce la historia y le exige a la tortuga que se apresure. La tortuga, por su parte, abunda en recuerdos de su infancia en la escuela. A Alicia no le parece interesante, tampoco cuando la tortuga afirma haber aprendido más que ella. Lo que sí le resulta gracioso es cuando el grifo y la tortuga le enseñan a bailar la danza de la langosta, en donde todos los animales tienen una langosta como compañero de baile y deben arrojarla al agua.
El juicio contra el ladrón de pasteles
La Falsa Tortuga resulta ser un personaje bastante llorón, que todo el tiempo piensa que la única razón por la que vive es para terminar en convertida en sopa. Entre sollozos, canta su última canción sobre la sopa.
En la entrada del jardín había un rosal de rosas blancas, y tres jardineros abocados afanosamente a la tarea de pintarlas de rojo”.
Apenas ha terminado de cantar cuando una voz recuerda a todo el mundo que está a punto de comenzar un gran proceso judicial. Alicia nota que poco a poco recupera su tamaño anterior. Todos los animales se han congregado en el juzgado. La Sota de Corazones, un naipe al servicio de la Reina, está acusado de haber robado los pasteles que la Reina había horneado. El Rey es el juez y el Conejo Blanco establece el avance del juicio. Es él quien ordena a Alicia a declarar y responder las preguntas del Rey. Cuando encuentran una nueva prueba, un poema que parece probar la culpabilidad de la Sota de Corazones, Alicia estalla y desenmascara el proceso como una estupidez.
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Explicación:
Resumen
Un cuestionable juego de croquet
Finalmente, Alicia se cansa de los tres y sigue su camino. Para su sorpresa, descubre una puerta en el tronco de un árbol. Al cruzarla, reconoce la habitación en la que encontró la llave de oro. Ahora sí, logra entrar en el jardín mágico. Allí, la niña se topa con tres jardineros que están ocupados pintando las rosas blancas de color rojo. Cuando les pregunta por qué lo hacen, responden que se equivocaron y que plantaron un rosal blanco donde la Reina les había pedido uno rojo. Alicia está muy sorprendida, porque los jardineros son naipes parlantes y, cuando la Reina pasa frente al rosal con su séquito, descubre que está integrado totalmente por naipes. A pedido de la Reina, Alicia se presenta.
Después de un rato recordó que todavía tenía los trozos de hongo en la mano y, con cuidado, empezó a mordisquear primero de uno pedazo y luego del otro, lo que hizo que primero creciera y luego empequeñeciera, hasta alcanzar su tamaño correcto”.
La soberana es muy autoritaria y amenaza con cortar la cabeza a cualquiera que la contradiga. Comienza un extraño juego de croquet en el que participan la Reina, la Duquesa y Alicia. Los mazos son flamencos, las pelotas son erizos enrollados y los soldados-naipes tienen que doblarse para marcar el curso del juego. La Reina amenaza con decapitar a cualquier jugador que no se atenga a las reglas del juego.
El Gato se niega a besar la mano
Alicia se asusta y le alegra descubrir que el Gato de Cheshire está de regreso, porque su cercanía la hace sentir bien. Con alegría, Alicia presenta al gato, de quien solo se ve la cabeza, al Rey. Pero cuando el monarca exige que el animal bese su mano, el gato se rehúsa. Enojado, el Rey llama a la Reina y ella lo condena a muerte por decapitación.
‘No hay nada que hacer’, dijo el gato. ‘Aquí todos están locos. Yo estoy loco. Tú estás loca.’”.
Entonces, se desata una discusión entre el verdugo y la Reina acerca de la imposibilidad de decapitar al Gato de Cheshire. No es posible desprender una cabeza de un cuerpo inexistente, dice el verdugo. Si hay una cabeza, es posible cortarla, dice la Reina. Alicia trata de mediar, proponiendo consultar a la Duquesa porque el gato es de ella. Entonces descubren que la Reina envió a la Duquesa al calabozo, y que primero hay que ir a buscarla. Mientras tanto, el gato ha desaparecido por completo.
La Falsa Tortuga hace bailar a las muñecas
La Duquesa se alegra de volver a ver a Alicia. Las dos mantienen un profundo diálogo. La Duquesa intenta convencer a Alicia de que es posible aprender algo de todas las historias que uno experimenta en la vida. A la Reina le molesta la relación armoniosa entre Alicia y la duquesa, y amenaza con decapitarla. Luego de que la duquesa escapa de la escena, continúa la partida de croquet. La Reina le propone a Alicia visitar a la Falsa Tortuga para escuchar su historia de vida.
‘¡Qué cosa!’, pensó Alicia. ‘Muchas veces vi gatos sin sonrisa, ¡pero nunca había visto una sonrisa sin gato! Nunca antes me pasó algo así’”.
El grifo acompaña a Alicia, pero él ya conoce la historia y le exige a la tortuga que se apresure. La tortuga, por su parte, abunda en recuerdos de su infancia en la escuela. A Alicia no le parece interesante, tampoco cuando la tortuga afirma haber aprendido más que ella. Lo que sí le resulta gracioso es cuando el grifo y la tortuga le enseñan a bailar la danza de la langosta, en donde todos los animales tienen una langosta como compañero de baile y deben arrojarla al agua.
El juicio contra el ladrón de pasteles
La Falsa Tortuga resulta ser un personaje bastante llorón, que todo el tiempo piensa que la única razón por la que vive es para terminar en convertida en sopa. Entre sollozos, canta su última canción sobre la sopa.
En la entrada del jardín había un rosal de rosas blancas, y tres jardineros abocados afanosamente a la tarea de pintarlas de rojo”.
Apenas ha terminado de cantar cuando una voz recuerda a todo el mundo que está a punto de comenzar un gran proceso judicial. Alicia nota que poco a poco recupera su tamaño anterior. Todos los animales se han congregado en el juzgado. La Sota de Corazones, un naipe al servicio de la Reina, está acusado de haber robado los pasteles que la Reina había horneado. El Rey es el juez y el Conejo Blanco establece el avance del juicio. Es él quien ordena a Alicia a declarar y responder las preguntas del Rey. Cuando encuentran una nueva prueba, un poema que parece probar la culpabilidad de la Sota de Corazones, Alicia estalla y desenmascara el proceso como una estupidez.
resumen completo espero te sirva : )