Nuestra Señora de Belén, devoción de la familia Bolívar
Nuestra Señora de Belén.
Aragua no es sólo un hermoso lugar, de tierra fértil y gente amable. Es también una región donde abundan lugares de interés histórico y de peregrinaje cívico. Entre los pueblos aragüeños destaca San Mateo, población que muestra con orgullo su contribución a la guerra de la independencia de Venezuela, cuyo testimonio más fehaciente lo representa las ruinas del Ingenio Bolívar (o de San Mateo), y el importante santuario de Nuestra Señora de Belén, patrona de la Diócesis de Maracay, situado en el centro del pueblo, cercano al río Aragua.
San Mateo fue un pueblo de doctrina fundado en la tercera década del siglo XVII en una fecha que, según don Tulio Chiossone (Diccionario Toponímico de Venezuela), no se ha precisado. Alfredo Armas Alfonzo nos amplía la información. Según él, la zona estaba poblada por integrantes de las naciones quiriquire y meregote, sometidos al régimen de encomiendas, pertenecientes hacia 1638 al Capitán Tomás de Aguilera y Grezala. Posteriormente se agregarían otros encomenderos como el Sargento Mayor Juan de Brizuela (1649) o Fabián de Aguirre, todos ellos dedicados a la explotación agrícola y pecuaria. Hacia fines del siglo XVII existían en San Mateo tres repartimientos de indios encomendados al Maestro Juan Liendo, Luis Arias Altamirano y el Capitán Luis de Bolívar y Rebolledo. Este no fue el primer Bolívar en tener tierras en la zona ya que un siglo antes don Simón de Bolívar "El Mozo" tenía concedida la encomienda que había pertenecido a Sancho del Villar. Menciono a los Bolívar porque Nuestra Señora de Belén fue devoción de esa ilustre familia, como veremos más adelante. No viene al caso el árbol genealógico del Libertador Simón Bolívar.
Como la mayoría de los pueblos del período colonial, San Mateo fue mudado alguna vez de "la punta de Los Caobos" (su ubicación original) a su posición actual. Cuando el Obispo Mariano Martí lo visita en 1781 ya se había mudado y la población estaba formada principalmente por españoles y criollos, a pesar de seguir siendo, desde el punto de vista jurídico, un pueblo de indios. Para esa fecha la devoción y fama de milagros de Nuestra Señora estaba bien afianzada.
Nuestra Señora de Belén en su
custodia y la corona canónica.
Regresemos a 1709, año del hallazgo, y que nos narre Armas Alfonzo, que cito textual:
Era el año 1709 y gobernaba la comunidad indígena de San Mateo su cacique Mateo de Oroguaypuro u Oreguaypur, muy considerado entre su pueblo por haber obtenido de las autoridades españolas el reconocimiento del derecho a la legua de tierra que les fue adjudicada por Ley de Indias de 1642 y de la que habían sido despojados. En estos suelos se dilataban los cultivos de añil, caña de azúcar y maíz. La iglesia se centraba entre el rancherío pajizo, y Fray Nicolás de la Torre daba todos los días sus clases de catecismo.
A una cuadra de la iglesia tenía casa el indio Tomás José Purino, cristiano converso de conducta muy recta, por lo que se le nombró fiscal de la Doctrina. Se había casado con todas las de la ley española con Inés Heredia, india también, de vida decente y moral.
En horas de la mañana del 26 de noviembre de 1709, el indio Purino se puso a cortar una leña en el patio de su casa. El hacha hendía un tronco de árbol. A medida que trabajaba notó que la tierra se movía cerca de él y se levantaba. Inés Heredia lo atribuyó a los golpes del palo sobre la tierra. No. Mientras Purino rajaba el tronco, se formó una prominencia y en el centro de ella una como fisura o agujero. Purino llamó a gritos a su mujer.
Respuesta:
Nuestra Señora de Belén, devoción de la familia Bolívar
Nuestra Señora de Belén.
Aragua no es sólo un hermoso lugar, de tierra fértil y gente amable. Es también una región donde abundan lugares de interés histórico y de peregrinaje cívico. Entre los pueblos aragüeños destaca San Mateo, población que muestra con orgullo su contribución a la guerra de la independencia de Venezuela, cuyo testimonio más fehaciente lo representa las ruinas del Ingenio Bolívar (o de San Mateo), y el importante santuario de Nuestra Señora de Belén, patrona de la Diócesis de Maracay, situado en el centro del pueblo, cercano al río Aragua.
San Mateo fue un pueblo de doctrina fundado en la tercera década del siglo XVII en una fecha que, según don Tulio Chiossone (Diccionario Toponímico de Venezuela), no se ha precisado. Alfredo Armas Alfonzo nos amplía la información. Según él, la zona estaba poblada por integrantes de las naciones quiriquire y meregote, sometidos al régimen de encomiendas, pertenecientes hacia 1638 al Capitán Tomás de Aguilera y Grezala. Posteriormente se agregarían otros encomenderos como el Sargento Mayor Juan de Brizuela (1649) o Fabián de Aguirre, todos ellos dedicados a la explotación agrícola y pecuaria. Hacia fines del siglo XVII existían en San Mateo tres repartimientos de indios encomendados al Maestro Juan Liendo, Luis Arias Altamirano y el Capitán Luis de Bolívar y Rebolledo. Este no fue el primer Bolívar en tener tierras en la zona ya que un siglo antes don Simón de Bolívar "El Mozo" tenía concedida la encomienda que había pertenecido a Sancho del Villar. Menciono a los Bolívar porque Nuestra Señora de Belén fue devoción de esa ilustre familia, como veremos más adelante. No viene al caso el árbol genealógico del Libertador Simón Bolívar.
Como la mayoría de los pueblos del período colonial, San Mateo fue mudado alguna vez de "la punta de Los Caobos" (su ubicación original) a su posición actual. Cuando el Obispo Mariano Martí lo visita en 1781 ya se había mudado y la población estaba formada principalmente por españoles y criollos, a pesar de seguir siendo, desde el punto de vista jurídico, un pueblo de indios. Para esa fecha la devoción y fama de milagros de Nuestra Señora estaba bien afianzada.
Nuestra Señora de Belén en su
custodia y la corona canónica.
Regresemos a 1709, año del hallazgo, y que nos narre Armas Alfonzo, que cito textual:
Era el año 1709 y gobernaba la comunidad indígena de San Mateo su cacique Mateo de Oroguaypuro u Oreguaypur, muy considerado entre su pueblo por haber obtenido de las autoridades españolas el reconocimiento del derecho a la legua de tierra que les fue adjudicada por Ley de Indias de 1642 y de la que habían sido despojados. En estos suelos se dilataban los cultivos de añil, caña de azúcar y maíz. La iglesia se centraba entre el rancherío pajizo, y Fray Nicolás de la Torre daba todos los días sus clases de catecismo.
A una cuadra de la iglesia tenía casa el indio Tomás José Purino, cristiano converso de conducta muy recta, por lo que se le nombró fiscal de la Doctrina. Se había casado con todas las de la ley española con Inés Heredia, india también, de vida decente y moral.
En horas de la mañana del 26 de noviembre de 1709, el indio Purino se puso a cortar una leña en el patio de su casa. El hacha hendía un tronco de árbol. A medida que trabajaba notó que la tierra se movía cerca de él y se levantaba. Inés Heredia lo atribuyó a los golpes del palo sobre la tierra. No. Mientras Purino rajaba el tronco, se formó una prominencia y en el centro de ella una como fisura o agujero. Purino llamó a gritos a su mujer.
Explicación:
CORONITA POR FAVOR