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En 1878, durante la administración de Aquileo Parra, el gobierno colombiano había firmado un contrato con una compañía francesa para la construcción de un canal interoceánico por el istmo de Panamá. La Compañía Universal del Canal Interoceánico de Panamá inició trabajos en el istmo poco después de la firma del tratado. Al finalizar el siglo XIX la Compañía francesa quebró y los trabajos fueron suspendidos pese a su compromiso con el Gobierno colombiano de finalizar la obra. En 1899, la compañía fue disuelta. Los franceses, que trataban de proteger la inversión que habían realizado en el canal, celebraron un nuevo contrato con el Gobierno colombiano.
La Nueva Compañía del Canal de Panamá que no contaba, en realidad, con recursos suficientes para finalizar la construcción se puso en la tarea de conseguir un comprador para las obras y maquinarias existentes en la zona del canal. Mientras todo esto ocurría, en los Estados Unidos el Gobierno se interesaba más por la vía interoceánica de Panamá. Si bien es cierto que anteriormente se encontraban interesados en construir un canal en territorio nicaraguense, ahora, con el fracaso de la compañía francesa se les presentaba la oportunidad de ganar control sobre una vía cuya construcción había sido ya iniciada.
Por otra parte, dentro de las políticas expansionistas de los Estados Unidos, convertido ya en una potencia mundial, la posesión de una vía interoceánica era fundamental. El Gobierno norteamericano negoció entonces con la compañía francesa y propuso al gobierno colombiano un tratado por el cual, nuestro país se comprometía a vender a los Estados Unidos la franja de tierra donde se estaba construyendo el canal. Este tratado fue firmado en 1903 por el ministro colombiano Tomás Herrán y el Secretario de Estado de los Estados Unidos.
El tratado Herrán-Hay fue aprobado por el congreso norteamericano pero fue rechazado por el senado colombiano por atentar contra nuestra soberanía. Ante la negativa del gobierno colombiano, los Estados Unidos apoyaron un movimiento separatista panameño que declaró, el 3 de noviembre de 1903, la independencia de la República de Panamá. El nuevo gobierno panameño celebró con los norteamericanos, los tratados que otorgaron la soberanía sobre el canal a los Estados Unidos.
En 1899, la compañía fue disuelta. Los franceses, que trataban de proteger la inversión que habían realizado en el canal, celebraron un nuevo contrato con el Gobierno colombiano.
La Nueva Compañía del Canal de Panamá que no contaba, en realidad, con recursos suficientes para finalizar la construcción se puso en la tarea de conseguir un comprador para las obras y maquinarias existentes en la zona del canal. Mientras todo esto ocurría, en los Estados Unidos el Gobierno se interesaba más por la vía interoceánica de Panamá. Si bien es cierto que anteriormente se encontraban interesados en construir un canal en territorio nicaraguense, ahora, con el fracaso de la compañía francesa se les presentaba la oportunidad de ganar control sobre una vía cuya construcción había sido ya iniciada.
Por otra parte, dentro de las políticas expansionistas de los Estados Unidos, convertido ya en una potencia mundial, la posesión de una vía interoceánica era fundamental. El Gobierno norteamericano negoció entonces con la compañía francesa y propuso al gobierno colombiano un tratado por el cual, nuestro país se comprometía a vender a los Estados Unidos la franja de tierra donde se estaba construyendo el canal. Este tratado fue firmado en 1903 por el ministro colombiano Tomás Herrán y el Secretario de Estado de los Estados Unidos.
El tratado Herrán-Hay fue aprobado por el congreso norteamericano pero fue rechazado por el senado colombiano por atentar contra nuestra soberanía. Ante la negativa del gobierno colombiano, los Estados Unidos apoyaron un movimiento separatista panameño que declaró, el 3 de noviembre de 1903, la independencia de la República de Panamá. El nuevo gobierno panameño celebró con los norteamericanos, los tratados que otorgaron la soberanía sobre el canal a los Estados Unidos.