Este cuento de Borges comienza con una clara referencia a Alá, que pareciera ser usada por su autor para ambientar la historia en un ambiente oriental-islámico. De esta forma, Borges comienza a contar sobre un antiguo Rey de Babilonia, quien juntó a sus mejores constructores, a fin de crear un laberinto infinito, lleno de paredes, ventanas y construcciones, destinado a confundir a los hombres y perderlos.
Así muchos fueron víctimas de la creación de este Rey, quien al parecer se divertía con el entretenimiento de hacer que algunos invitados entraran al laberinto para perderlos. Así las cosas, el Rey Babilónico recibió una vez la visita de un Rey Árabe, al que considerándolo inferior que él, y con ganas de burlarse de lo que creía una inteligencia muy por debajo de la suya. De esta forma, el Rey Árabe entró en la laberíntica construcción, sintiéndose perdido, hasta que el último momento pidió ayuda a Alá, quien lo ayudó a encontrar la puerta de la construcción. Demostrando con esto también que por muy elaborada que sea la obra del hombre, nunca estará por encima de la obra de Dios. Salvado de este laberinto, el Rey Árabe se despidió del Rey babilónico comentándole que él también tenía un laberinto, y que sería un gusto llevarlo algún día.
Pasado un tiempo, el Rey Árabe partió a su reino, se recuperó, juntó a sus hombres y marchó sobre el reino babilónico, arrasando con sus construcciones, pobladores y con su corte. Finalmente, el Rey Árabe pudo tomar prisionero al Rey Babilónico, a quien maniató y montó en un caballo, llevándolo a un desierto. Estando ahí, le recordó que en su momento, él le había querido extraviar en una construcción laberíntica, así que él había decidió tomarlo para presentarle ahora su laberinto: un desierto, en donde a pesar de no existir paredes, ni ventanas, ni pasillos sucesivos, éste se extendía al infinito, como obra de Dios que era.
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musseabigail
más corto no puede ser porque solo puedo usar almenos 5 renglones
karlacvaldezr
Cuentan los dignos, que hubo un rey de Babilonia que congregó a sus arquitectos, magos y para construir un laberinto. Al tiempo vino un rey de los árabes, y el de Babilonia, lo hizo penetrar en el laberinto, donde vagó ,hasta la tarde. No hubo queja, pero le dijo al rey de Babilonia que él en Arabia tenía otro laberinto y que, se lo daría a conocer algún día. Luego regresó a Arabia con gente ,y destruyó los reinos de Babilonia, derribó sus castillos y hizo cautivo al mismo rey.
Respuesta: Resumen
Explicación:
Este cuento de Borges comienza con una clara referencia a Alá, que pareciera ser usada por su autor para ambientar la historia en un ambiente oriental-islámico. De esta forma, Borges comienza a contar sobre un antiguo Rey de Babilonia, quien juntó a sus mejores constructores, a fin de crear un laberinto infinito, lleno de paredes, ventanas y construcciones, destinado a confundir a los hombres y perderlos.
Así muchos fueron víctimas de la creación de este Rey, quien al parecer se divertía con el entretenimiento de hacer que algunos invitados entraran al laberinto para perderlos. Así las cosas, el Rey Babilónico recibió una vez la visita de un Rey Árabe, al que considerándolo inferior que él, y con ganas de burlarse de lo que creía una inteligencia muy por debajo de la suya. De esta forma, el Rey Árabe entró en la laberíntica construcción, sintiéndose perdido, hasta que el último momento pidió ayuda a Alá, quien lo ayudó a encontrar la puerta de la construcción. Demostrando con esto también que por muy elaborada que sea la obra del hombre, nunca estará por encima de la obra de Dios. Salvado de este laberinto, el Rey Árabe se despidió del Rey babilónico comentándole que él también tenía un laberinto, y que sería un gusto llevarlo algún día.
Pasado un tiempo, el Rey Árabe partió a su reino, se recuperó, juntó a sus hombres y marchó sobre el reino babilónico, arrasando con sus construcciones, pobladores y con su corte. Finalmente, el Rey Árabe pudo tomar prisionero al Rey Babilónico, a quien maniató y montó en un caballo, llevándolo a un desierto. Estando ahí, le recordó que en su momento, él le había querido extraviar en una construcción laberíntica, así que él había decidió tomarlo para presentarle ahora su laberinto: un desierto, en donde a pesar de no existir paredes, ni ventanas, ni pasillos sucesivos, éste se extendía al infinito, como obra de Dios que era.