Macario era un leñador padre de once hijos hambrientos y andrajosos que no deseaba riquezas. Tenía desde hace veinte años una sola ilusión que era poderse comer a solas en el bosque un pavo asado entero. Ya que nunca logró satisfacerse, por lo contrario siempre tenía hambre.
Trabajaba todos los días, salía antes del amanecer al bosque y regresaba al anochecer con una carga de leña que vendía por dos reales.
Explicación:
Acertando él le dijo que si sabía que el Demonio era el primero de ellos, afirmando Macario y explicándole que le negó el pavo ya que lo único que quería era tentarlo y gracias a todo el dinero que poseía podía comprarse no solo un pavo, sino media docena y hasta dos cerdos.
El segundo era Dios, y de igual manera lo rechazó ya que siendo el creador de todo, no le constaría nada obtener algo para comer, y menos siendo provenido de la ambición de comerlo sólo.
El huésped se intrigo entonces de su actitud hacia él, Macario le confesó que igual sabía que era la muerte, pero la actitud fue diferente ya que sólo es un servidor y no tiene poder de crear o transformar algo, y al ver que su hora ya había llegado al invitarle la mitad de su única ambición para poder comer mientras ella también lo hacía.
La muerte sorprendida por su inteligencia recompensó a Macario por la finalidad última de haber ofrecido generosamente de su comida.
Le pidió su guaje y le dijo que tirará el agua, dio siete golpes con el pie sobre la tierra y salió un chorro de cristalina.
Ese líquido lo convertiría en médico ya que una sola gota de ese líquido curaría cualquier enfermedad de una persona,
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Respuesta:
Macario era un leñador padre de once hijos hambrientos y andrajosos que no deseaba riquezas. Tenía desde hace veinte años una sola ilusión que era poderse comer a solas en el bosque un pavo asado entero. Ya que nunca logró satisfacerse, por lo contrario siempre tenía hambre.
Trabajaba todos los días, salía antes del amanecer al bosque y regresaba al anochecer con una carga de leña que vendía por dos reales.
Explicación:
Acertando él le dijo que si sabía que el Demonio era el primero de ellos, afirmando Macario y explicándole que le negó el pavo ya que lo único que quería era tentarlo y gracias a todo el dinero que poseía podía comprarse no solo un pavo, sino media docena y hasta dos cerdos.
El segundo era Dios, y de igual manera lo rechazó ya que siendo el creador de todo, no le constaría nada obtener algo para comer, y menos siendo provenido de la ambición de comerlo sólo.
El huésped se intrigo entonces de su actitud hacia él, Macario le confesó que igual sabía que era la muerte, pero la actitud fue diferente ya que sólo es un servidor y no tiene poder de crear o transformar algo, y al ver que su hora ya había llegado al invitarle la mitad de su única ambición para poder comer mientras ella también lo hacía.
La muerte sorprendida por su inteligencia recompensó a Macario por la finalidad última de haber ofrecido generosamente de su comida.
Le pidió su guaje y le dijo que tirará el agua, dio siete golpes con el pie sobre la tierra y salió un chorro de cristalina.
Ese líquido lo convertiría en médico ya que una sola gota de ese líquido curaría cualquier enfermedad de una persona,