El mal humor le duró el resto del día, y lo tomó de sorpresa que, precisamente, Ferraro lo invitara a cazar esa tarde. No era algo que pasaba todos los días, y aceptó; no por el hecho de ir a cazar, sino porque Ferraro le daba miedo y más vale hacerse amigo del que te da miedo. Un pensamiento no muy glorioso que digamos, ¿pero qué hacer con uno que te lleva como dos cabezas?
No era a cualquier cosa, era a cazar. De eso recién se dio cuenta cuando le ofrecieron el rifle de aire comprimido a él también. Se puso contento porque eso quería decir que Ferraro lo había invitado de verdad, no para que cargara con algo. Se sintió fuerte. Por un instante se le cruzó la imagen de amigarse con su profesor. Cuando apoyó el mentón en la culata del rifle se dio cuenta de qué estaba haciendo. A él no le gustaba cazar. Matar animales le parecía odioso; pero se había acordado tarde. Ahí estaban todos esperando su tiro, y ahí estaba ese pájaro en una rama a varios metros. No sabía cómo salir de la situación. Se le ocurrió que podía errar el tiro a propósito. Nadie se daría cuenta. De hecho todos tenían mala puntería. No habían cazado nada en toda la tarde. Sólo que tampoco quería que lo dejaran de invitar a otras cosas. No a cazar, pero a cualquier otra cosa. No se suponía que dejaran de invitarlo por errar un tiro. Todos lo habían hecho. Y no pasaba nada. Erraban el tiro, hasta se hacían bromas. Su cabeza pensaba todo lo rápido que se pueda. En un campo cercano pasó un avión fumigador, pero el ave no se movió. Entonces sucedió algo raro adentro suyo. Le apuntó al pájaro, porque si daba en el blanco les demostraría a Ferraro y a los demás que él no sólo era el que trotaba alrededor de la cancha; pero a la vez lo tranquilizaba saber que su puntería era pésima, por más que apuntara no le daría. Sintió un fugaz alivio, porque le pareció que había encontrado una manera de resolver las dos situaciones al mismo tiempo y apretó el gatillo. El pájaro cayó fulminado, los demás gritaron contentos y lo felicitaron. Hasta le dieron palmadas en la espalda. Devolvió el rifle con un nudo en el estómago. Decidieron regresar porque ya se hacía de noche
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Resumen corto de el cuento frin capítulo 2.
El mal humor le duró el resto del día, y lo tomó de sorpresa que, precisamente, Ferraro lo invitara a cazar esa tarde. No era algo que pasaba todos los días, y aceptó; no por el hecho de ir a cazar, sino porque Ferraro le daba miedo y más vale hacerse amigo del que te da miedo. Un pensamiento no muy glorioso que digamos, ¿pero qué hacer con uno que te lleva como dos cabezas?
No era a cualquier cosa, era a cazar. De eso recién se dio cuenta cuando le ofrecieron el rifle de aire comprimido a él también. Se puso contento porque eso quería decir que Ferraro lo había invitado de verdad, no para que cargara con algo. Se sintió fuerte. Por un instante se le cruzó la imagen de amigarse con su profesor. Cuando apoyó el mentón en la culata del rifle se dio cuenta de qué estaba haciendo. A él no le gustaba cazar. Matar animales le parecía odioso; pero se había acordado tarde. Ahí estaban todos esperando su tiro, y ahí estaba ese pájaro en una rama a varios metros. No sabía cómo salir de la situación. Se le ocurrió que podía errar el tiro a propósito. Nadie se daría cuenta. De hecho todos tenían mala puntería. No habían cazado nada en toda la tarde. Sólo que tampoco quería que lo dejaran de invitar a otras cosas. No a cazar, pero a cualquier otra cosa. No se suponía que dejaran de invitarlo por errar un tiro. Todos lo habían hecho. Y no pasaba nada. Erraban el tiro, hasta se hacían bromas. Su cabeza pensaba todo lo rápido que se pueda. En un campo cercano pasó un avión fumigador, pero el ave no se movió. Entonces sucedió algo raro adentro suyo. Le apuntó al pájaro, porque si daba en el blanco les demostraría a Ferraro y a los demás que él no sólo era el que trotaba alrededor de la cancha; pero a la vez lo tranquilizaba saber que su puntería era pésima, por más que apuntara no le daría. Sintió un fugaz alivio, porque le pareció que había encontrado una manera de resolver las dos situaciones al mismo tiempo y apretó el gatillo. El pájaro cayó fulminado, los demás gritaron contentos y lo felicitaron. Hasta le dieron palmadas en la espalda. Devolvió el rifle con un nudo en el estómago. Decidieron regresar porque ya se hacía de noche
¿Me podrías dar coronita? por favor