aparecieron personas que, como faros, iluminaron el camino que propició más avances en todo el mundo. Algunos pensadores en Francia, como Voltaire, Diderot, D’Alembert, marcaron un antes y un después en todos los pensamientos e ideologías de Occidente. Los antiguos regímenes caían y allá donde fueras podías ver a intelectuales que luchaban por la enseñanza, por el nuevo derecho burgués, por la libertad de expresión. Fue el siglo de la Revolución Francesa y del gobierno del terror en Francia. Fue una época de cambios a pasos agigantados, posiblemente demasiado rápidos para que todos lo entendiesen. Algunas grandes obras de este siglo cayeron derruidas por la prisa excesiva de los ilustrados o por el conservadurismo rancio y maligno del resto de la sociedad, pero lo que ahí pasó no podrá desaparecer jamás, la gente despertó y empezó a pensar.
En España la Ilustración llegó de forma más tímida que en Francia. En un país gobernado por una nobleza y un clero que deseaban perpetuarse con las normas y privilegios del Antiguo Régimen, para así mantenerse como caudillos despóticos de un pueblo, habría sido casi imposible una revolución como la francesa, por lo que los ilustrados fueron más reformistas que revolucionarios. Algunos católicos, otros ateos, pero todos tenían algo en común: querían una España mejor
Respuesta:
aparecieron personas que, como faros, iluminaron el camino que propició más avances en todo el mundo. Algunos pensadores en Francia, como Voltaire, Diderot, D’Alembert, marcaron un antes y un después en todos los pensamientos e ideologías de Occidente. Los antiguos regímenes caían y allá donde fueras podías ver a intelectuales que luchaban por la enseñanza, por el nuevo derecho burgués, por la libertad de expresión. Fue el siglo de la Revolución Francesa y del gobierno del terror en Francia. Fue una época de cambios a pasos agigantados, posiblemente demasiado rápidos para que todos lo entendiesen. Algunas grandes obras de este siglo cayeron derruidas por la prisa excesiva de los ilustrados o por el conservadurismo rancio y maligno del resto de la sociedad, pero lo que ahí pasó no podrá desaparecer jamás, la gente despertó y empezó a pensar.
En España la Ilustración llegó de forma más tímida que en Francia. En un país gobernado por una nobleza y un clero que deseaban perpetuarse con las normas y privilegios del Antiguo Régimen, para así mantenerse como caudillos despóticos de un pueblo, habría sido casi imposible una revolución como la francesa, por lo que los ilustrados fueron más reformistas que revolucionarios. Algunos católicos, otros ateos, pero todos tenían algo en común: querían una España mejor
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