Copa América, en su cabeza estaba avanzada la idea de que continuaría dos años más en Barcelona para luego irse a jugar al Inter de Miami. Por eso no lo inquietó quedar libre. Tampoco lo que le iba diciendo Jorge, su papá, que lo que frenaba la oficialización era la auditoría bajo la que se encontraba la entidad. El club afronta una crisis financiera desde hace mucho y él lo sabe. Eso produjo, por ejemplo, que cuando pidió por Neymar no llegara, y profundizó el conflicto con el ex presidente Josep María Bartomeu.
Pero, según pudo averiguar Infobae, fue ayer cuando Leo se enteró de toda la situación. En una reunión, le advirtieron que, si bien Barcelona se fue desligando de jugadores para ajustar los números y así hacerle lugar a su contrato, los movimientos no alcanzaban. Y que era necesario cambiar condiciones para cerrar su nuevo vínculo con la institución.
Allí fue cuando lo sacudió la noticia. En Miami o República Domincana, en Rosario o en Ibiza; mientras se tiraba de la cubierta de un yate con su hijo Thiago, o al tiempo que se permitía una hamburguesa en las playas de Estados Unidos, pensaba que se trasladaría a Barcelona solo a poner la firma. Incluso a pesar de que, por los mismos inconvenientes económicos, la dirigencia no había cumplido con uno de los requisitos para lograr su renovación: la conformación de un plantel altamente competitivo.
Sí, se habían sumado Memphis Depay, Eric García, Emerson y su amigo Sergio Agüero, a partir del oportunismo de tentarlos, sabiendo que tres de ellos eran agentes libres. Según se filtró en España, en sus conversaciones con el presidente Joan Laporta (con quien lo une una buena relación), Messi habría planteado la necesidad de sumar un delantero centro (un puesto huérfano tras la partida de Luis Suárez) y de un marcador central de renombre. El Kun cubría su primera solicitud, con el bonus track de la relación entre ambos; carnada doble en el anzuelo.
Faltaba el zaguero, más allá del citado García. En Barcelona aseguran que veía con agrado la llegada de Cristian Romero, quien le causó una gran impresión en la Selección. Pero el Tottenham no dudó, puso 50 millones de euros y se lo arrebató al Atalanta. El mismo día que se confirmó la salida de Messi del club blaugrana, el Cuti llegaba a Londres para defender sus nuevos colores.
Si hoy le preguntan a Leo, él cree que no jugará más en Barcelona. ¿Puede ser el comunicado una carta presión para la Liga de España? Tal vez sí. No es el primer round de la institución con la entidad y existe una interna política entre ambas, de la que Messi terminó como rehén.
Entre la Pulga y la Liga también hubo roces el año pasado, en ocasión del affaire burofax. Fue cuando la entidad se plantó en el hecho de que para liberar el transfer, el club interesado por el astro debía pagar los 700 millones de euros de la cláusula de salida, cuando el jugador se consideraba libre. El dardo de la Liga salió el mismo día que el delantero anunció que cumpliría su contrato con el Barsa, en aquella entrevista con Goal.
Javier Tebas, titular de la competencia, queda en una posición incómoda. Porque la Liga está señalada en el comunicado del Barcelona como responsable de la despedida. Y porque en apenas un puñado de años perdió a Cristiano Ronaldo, Sergio Ramos y Messi, una sangría enorme para su vidriera.
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Copa América, en su cabeza estaba avanzada la idea de que continuaría dos años más en Barcelona para luego irse a jugar al Inter de Miami. Por eso no lo inquietó quedar libre. Tampoco lo que le iba diciendo Jorge, su papá, que lo que frenaba la oficialización era la auditoría bajo la que se encontraba la entidad. El club afronta una crisis financiera desde hace mucho y él lo sabe. Eso produjo, por ejemplo, que cuando pidió por Neymar no llegara, y profundizó el conflicto con el ex presidente Josep María Bartomeu.
Pero, según pudo averiguar Infobae, fue ayer cuando Leo se enteró de toda la situación. En una reunión, le advirtieron que, si bien Barcelona se fue desligando de jugadores para ajustar los números y así hacerle lugar a su contrato, los movimientos no alcanzaban. Y que era necesario cambiar condiciones para cerrar su nuevo vínculo con la institución.
Allí fue cuando lo sacudió la noticia. En Miami o República Domincana, en Rosario o en Ibiza; mientras se tiraba de la cubierta de un yate con su hijo Thiago, o al tiempo que se permitía una hamburguesa en las playas de Estados Unidos, pensaba que se trasladaría a Barcelona solo a poner la firma. Incluso a pesar de que, por los mismos inconvenientes económicos, la dirigencia no había cumplido con uno de los requisitos para lograr su renovación: la conformación de un plantel altamente competitivo.
Sí, se habían sumado Memphis Depay, Eric García, Emerson y su amigo Sergio Agüero, a partir del oportunismo de tentarlos, sabiendo que tres de ellos eran agentes libres. Según se filtró en España, en sus conversaciones con el presidente Joan Laporta (con quien lo une una buena relación), Messi habría planteado la necesidad de sumar un delantero centro (un puesto huérfano tras la partida de Luis Suárez) y de un marcador central de renombre. El Kun cubría su primera solicitud, con el bonus track de la relación entre ambos; carnada doble en el anzuelo.
Faltaba el zaguero, más allá del citado García. En Barcelona aseguran que veía con agrado la llegada de Cristian Romero, quien le causó una gran impresión en la Selección. Pero el Tottenham no dudó, puso 50 millones de euros y se lo arrebató al Atalanta. El mismo día que se confirmó la salida de Messi del club blaugrana, el Cuti llegaba a Londres para defender sus nuevos colores.
Si hoy le preguntan a Leo, él cree que no jugará más en Barcelona. ¿Puede ser el comunicado una carta presión para la Liga de España? Tal vez sí. No es el primer round de la institución con la entidad y existe una interna política entre ambas, de la que Messi terminó como rehén.
Entre la Pulga y la Liga también hubo roces el año pasado, en ocasión del affaire burofax. Fue cuando la entidad se plantó en el hecho de que para liberar el transfer, el club interesado por el astro debía pagar los 700 millones de euros de la cláusula de salida, cuando el jugador se consideraba libre. El dardo de la Liga salió el mismo día que el delantero anunció que cumpliría su contrato con el Barsa, en aquella entrevista con Goal.
Javier Tebas, titular de la competencia, queda en una posición incómoda. Porque la Liga está señalada en el comunicado del Barcelona como responsable de la despedida. Y porque en apenas un puñado de años perdió a Cristiano Ronaldo, Sergio Ramos y Messi, una sangría enorme para su vidriera.
A esta hora, la Pulga no sabe dónde va a