La economía del Perú salió debilitada de la guerra de independencia.
La larga duración del enfrentamiento y la característica de guerra civil que cobró, multiplicaron el encono entre ambos bandos.
La derrota de los realistas supuso ejecuciones, destierros y en otros casos expropiación de bienes y caudales y fuga de capitales.
La independencia se logró, así, a costa de la descapitalización del país y de la pérdida de su élite económica, que supusieron un retraso en los sectores del comercio ultramarino, la agricultura de costa y la minería de la sierra.
Consumada la independencia del Perú, quedó pendiente el pago de la deuda que este país había contraído con Argentina, Chile y la Gran Colombia, a cuenta de los gastos hechos por estos países en la organización de las campañas militares de la última fase de la independencia las expediciones libertadoras de San Martín y Bolívar).
Con España también había una deuda pendiente, de acuerdo a lo estipulado en la Capitulación de Ayacucho.
Otro rubro era la deuda con Inglaterra, contraída también durante el proceso de la independencia y que al permanecer impaga había crecido excesivamente, por los intereses acumulados.
Existía una deuda interna con particulares que habían aportado, en especie o en dinero, a favor de las campañas independentistas.
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La economía del Perú salió debilitada de la guerra de independencia.
La larga duración del enfrentamiento y la característica de guerra civil que cobró, multiplicaron el encono entre ambos bandos.
La derrota de los realistas supuso ejecuciones, destierros y en otros casos expropiación de bienes y caudales y fuga de capitales.
La independencia se logró, así, a costa de la descapitalización del país y de la pérdida de su élite económica, que supusieron un retraso en los sectores del comercio ultramarino, la agricultura de costa y la minería de la sierra.
Consumada la independencia del Perú, quedó pendiente el pago de la deuda que este país había contraído con Argentina, Chile y la Gran Colombia, a cuenta de los gastos hechos por estos países en la organización de las campañas militares de la última fase de la independencia las expediciones libertadoras de San Martín y Bolívar).
Con España también había una deuda pendiente, de acuerdo a lo estipulado en la Capitulación de Ayacucho.
Otro rubro era la deuda con Inglaterra, contraída también durante el proceso de la independencia y que al permanecer impaga había crecido excesivamente, por los intereses acumulados.
Existía una deuda interna con particulares que habían aportado, en especie o en dinero, a favor de las campañas independentistas.