Y convendría empezar teniendo en cuenta que Jesús no era el único que por aquel entonces obraba curaciones. Otros también lo hacían, tanto en ambientes judíos como griegos. De la misma época de los Evangelios se pueden leer relatos de milagros en los escritos rabínicos judíos y en la literatura griega. Apolonio de Tyano, contemporáneo de Jesús, los hacia. En el santuario de Asclepiades, en Epidauro también los había. Se cuentan curaciones, expulsiones de demonios, resurrecciones, tempestades calmadas, etc., en ambientes judío y griego. Los relatos de milagros de los evangelios están construidos, a veces, de manera análoga a los que nos llegan de los escritores judíos o griegos. No se pueden considerar todos estos relatos no cristianos como fábulas y los evangélicos como una especie de actas. Es razonable admitir que ha habido hechos, extraordinarios en cada uno de estos universos religiosos y que se ha podido, aquí y allá, aumentar un poco los hechos para hacerlos más significativos.
Sin embargo, al comparar las narraciones paganas con las narraciones de milagros que consignan los evangelios sorprenden por su sobriedad y discreción. Sobre todo, es la actitud misma de Jesús la que les confiere un matiz muy especial: no obra milagros sino en la medida en que puedan aparecer como sello y signo de su propia misión. Se niega a obrar milagros inútiles, los que se le pide “para ver…”. A veces añade al milagro su propia explicación: “Para que veáis que el Hijo del Hombre tiene poder para perdonar pecados“. Otras veces, la significación del acto milagroso se revelará después: la multiplicación de los panes (anuncio de la Eucaristía), resurrecciones de muertos (anuncios de su propia resurrección), etc.
El esquema de los relatos milagrosos no es, primariamente, un producto de una cierta clase de literatura; por el contrario, el estilo narrativo es la consecuencia literaria de una situación real que es verazmente testimoniada por la comunidad cristiana naciente y los evangelistas. Es decir, no ha sido una forma (literaria) preexistente lo que ha originado la situación; ha sido, por el contrario, una situación, un hecho realmente acaecido, lo que ha llevado a usar y quizá también a crear una forma de relato (cfr. H. van der Loos, o. c. en bibl. 120 ss.).
Quizás la pregunta sea ¿por qué convenía que Jesús hiciera milagros?
Jesús nunca hace prodigios espectaculares para demostrar su poder y para asombrar. No busca el poder y la gloria a la manera humana. Para comprender la significación de sus milagros hay que fijarse en estos cuatro puntos:
1) Los milagros de Jesús cumplen los anuncios del Antiguo Testamento: Jesús responde a los mensajeros de Juan Bautista cuando le preguntan: “¿Eres tú el que ha de venir o hemos de esperar a otro?” (Mt 11, 3). Entonces Jesús responde: “Id y referid a Juan lo que habéis oído y visto: los ciegos ven, los coios andan, los leprosos quedan limpios, los sordos oyen, los muertos resucitan y los pobres son evangelizados” (Mt 11, 4-5; cf. también Lc 7, 22). Jesús en la respuesta hace referencia a la profecía de Isaías sobre el futuro Mesías (cf. Is 35, 5-6), que sin duda podía entenderse en el sentido de una renovación y de una curación espiritual de Israel y de la humanidad, pero que en el contexto evangélico en el que se ponen en boca de Jesús, indica hechos comunmente conocidos y que los discípulos del Bautista pueden referirlos como signos de la mesianidad de Cristo.
dime que te parece pues, si quieres podria complementar mas para mi esta larguita la informacion que te comparto, realmente me parece que la gente no se fija realmente en este tipo de personajes... seria muy chevere que lo pusieras. att:majo
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Majo237
si no te sientes comoda con lo que escribi te mando otro personaje solo dime :)
LOS MILAGROS DE JESUS un caracter historico
¿Hizo realmente milagros Jesús?
Y convendría empezar teniendo en cuenta que Jesús no era el único que por aquel entonces obraba curaciones. Otros también lo hacían, tanto en ambientes judíos como griegos. De la misma época de los Evangelios se pueden leer relatos de milagros en los escritos rabínicos judíos y en la literatura griega. Apolonio de Tyano, contemporáneo de Jesús, los hacia. En el santuario de Asclepiades, en Epidauro también los había. Se cuentan curaciones, expulsiones de demonios, resurrecciones, tempestades calmadas, etc., en ambientes judío y griego. Los relatos de milagros de los evangelios están construidos, a veces, de manera análoga a los que nos llegan de los escritores judíos o griegos. No se pueden considerar todos estos relatos no cristianos como fábulas y los evangélicos como una especie de actas. Es razonable admitir que ha habido hechos, extraordinarios en cada uno de estos universos religiosos y que se ha podido, aquí y allá, aumentar un poco los hechos para hacerlos más significativos.
Sin embargo, al comparar las narraciones paganas con las narraciones de milagros que consignan los evangelios sorprenden por su sobriedad y discreción. Sobre todo, es la actitud misma de Jesús la que les confiere un matiz muy especial: no obra milagros sino en la medida en que puedan aparecer como sello y signo de su propia misión. Se niega a obrar milagros inútiles, los que se le pide “para ver…”. A veces añade al milagro su propia explicación: “Para que veáis que el Hijo del Hombre tiene poder para perdonar pecados“. Otras veces, la significación del acto milagroso se revelará después: la multiplicación de los panes (anuncio de la Eucaristía), resurrecciones de muertos (anuncios de su propia resurrección), etc.
El esquema de los relatos milagrosos no es, primariamente, un producto de una cierta clase de literatura; por el contrario, el estilo narrativo es la consecuencia literaria de una situación real que es verazmente testimoniada por la comunidad cristiana naciente y los evangelistas. Es decir, no ha sido una forma (literaria) preexistente lo que ha originado la situación; ha sido, por el contrario, una situación, un hecho realmente acaecido, lo que ha llevado a usar y quizá también a crear una forma de relato (cfr. H. van der Loos, o. c. en bibl. 120 ss.).
Quizás la pregunta sea ¿por qué convenía que Jesús hiciera milagros?
Jesús nunca hace prodigios espectaculares para demostrar su poder y para asombrar. No busca el poder y la gloria a la manera humana. Para comprender la significación de sus milagros hay que fijarse en estos cuatro puntos:
1) Los milagros de Jesús cumplen los anuncios del Antiguo Testamento: Jesús responde a los mensajeros de Juan Bautista cuando le preguntan: “¿Eres tú el que ha de venir o hemos de esperar a otro?” (Mt 11, 3). Entonces Jesús responde: “Id y referid a Juan lo que habéis oído y visto: los ciegos ven, los coios andan, los leprosos quedan limpios, los sordos oyen, los muertos resucitan y los pobres son evangelizados” (Mt 11, 4-5; cf. también Lc 7, 22). Jesús en la respuesta hace referencia a la profecía de Isaías sobre el futuro Mesías (cf. Is 35, 5-6), que sin duda podía entenderse en el sentido de una renovación y de una curación espiritual de Israel y de la humanidad, pero que en el contexto evangélico en el que se ponen en boca de Jesús, indica hechos comunmente conocidos y que los discípulos del Bautista pueden referirlos como signos de la mesianidad de Cristo.
dime que te parece pues, si quieres podria complementar mas para mi esta larguita la informacion que te comparto, realmente me parece que la gente no se fija realmente en este tipo de personajes... seria muy chevere que lo pusieras. att:majo