Muchos activistas de derechos humanos son laicos y ven a la religión como un problema, en vez de como una aliada. Aunque es cierto que la religión frecuentemente presenta importantes desafíos, también le ofrece al movimiento de los derechos humanos una esperanza de renovación, así como más legitimidad e impacto. English, Français, العربية
Los derechos humanos y la religión se necesitan mutuamente. Aunque es posible que la universalidad de los derechos humanos requiera una presentación laica, la verdadera potencia del movimiento de los derechos humanos proviene de sus dimensiones inherentes religiosas. Cuando los activistas de derechos humanos de nuestros días reconocen y crean vínculos con esas dimensiones, obtienen fuerza, nuevas alianzas y el aumento de legitimidad a nivel mundial que tan urgentemente necesitan.
Como evidencia preliminar, podemos recordar que muchas de las batallas en favor de la libertad y la dignidad en el mundo tuvieron a personas profundamente religiosas como líderes, incluidos Oscar Romero de El Salvador, Mahatma Gandhi de la India, Shirin Ebadi de Irán, Martin Luther King de los Estados Unidos (EE. UU.) y Aung San Suu Kyi de Birmania/Myanmar.
A woman carries a sign with photos on the march to honor Martin Luther King Jr (San Francisco, 2013). Steve Rhodes/Demotix All Rights Reserved.
Éstos y otros creyentes han tenido una participación activa desproporcionada en los movimientos en favor de los derechos y la justicia social. Lo hacen porque con frecuencia su fe es lo que les da la inspiración moral, la legitimidad popular y la fortaleza interna para soportar grandes sufrimientos. Consecuentemente, la acción con base en la fe ha sido, y sigue siendo, una de las principales fuerzas que socavan los sistemas políticos represivos en todo el mundo.
Las religiones y los derechos suelen converger porque ambos creen en eso que la Declaración Universal de Derechos Humanos llama “la dignidad inherente” de “todos los miembros de la familia humana”. Como la Declaración, la mayoría de las religiones predica el amor por todos los seres humanos y la necesidad de actuar cuando se está violando la dignidad humana.
Los derechos humanos y las religiones también coinciden en afirmar que esta dignidad, y los derechos que se requieren para protegerla, no es una invención de los seres humanos o los gobiernos, sino que está presente en todos y cada uno de nosotros desde el momento en que nacemos.
Dadas estas afinidades, es a la vez sorprendente y trágico que las relaciones entre la religión y los derechos humanos sean problemáticas tan frecuentemente, en particular en tiempos recientes.
Desde Irlanda del Norte hasta el Vaticano, Siria y la República Centroafricana, las figuras y las interpretaciones religiosas a menudo contribuyen visiblemente a los abusos. Con frecuencia, los defensores de las estructuras y comportamientos injustos utilizan la religión para suprimir las voces valientes que piden cambio, para crear divisiones, para justificar la opresión y para violar los derechos de la población vulnerable.
Ciertamente, algunas de las expresiones más espectaculares del fervor religioso provienen de grupos que promueven la violencia, la intolerancia, la misoginia y la homofobia. En los EE. UU., por ejemplo, el activismo religioso se asocia frecuentemente con ataques a los derechos de las mujeres y la población LGBTQ, la investigación científica y las críticas al capitalismo no regulado.
Consecuentemente, los medios y muchos académicos suelen ignorar las expresiones progresistas de las religiones y ven la fe como una expresión de superstición, fanatismo o conservadurismo.
johanremolina7
Ambos son justos, ya sabemos que lo malo que hacemos es castigado por Dios y estaremos pecando, los derechos humanos funcionan igual... cuando no respetamos los derechos de los demas estamos cometiendo un delito y sera castigado por la ley. Saludos desde Colombia :) Pon mejor respuesta por fa !
Los derechos humanos necesitan religión
LARRY COX 14 April 2014
Muchos activistas de derechos humanos son laicos y ven a la religión como un problema, en vez de como una aliada. Aunque es cierto que la religión frecuentemente presenta importantes desafíos, también le ofrece al movimiento de los derechos humanos una esperanza de renovación, así como más legitimidad e impacto. English, Français, العربية
Los derechos humanos y la religión se necesitan mutuamente. Aunque es posible que la universalidad de los derechos humanos requiera una presentación laica, la verdadera potencia del movimiento de los derechos humanos proviene de sus dimensiones inherentes religiosas. Cuando los activistas de derechos humanos de nuestros días reconocen y crean vínculos con esas dimensiones, obtienen fuerza, nuevas alianzas y el aumento de legitimidad a nivel mundial que tan urgentemente necesitan.
Como evidencia preliminar, podemos recordar que muchas de las batallas en favor de la libertad y la dignidad en el mundo tuvieron a personas profundamente religiosas como líderes, incluidos Oscar Romero de El Salvador, Mahatma Gandhi de la India, Shirin Ebadi de Irán, Martin Luther King de los Estados Unidos (EE. UU.) y Aung San Suu Kyi de Birmania/Myanmar.
A woman carries a sign with photos on the march to honor Martin Luther King Jr (San Francisco, 2013). Steve Rhodes/Demotix All Rights Reserved.
Éstos y otros creyentes han tenido una participación activa desproporcionada en los movimientos en favor de los derechos y la justicia social. Lo hacen porque con frecuencia su fe es lo que les da la inspiración moral, la legitimidad popular y la fortaleza interna para soportar grandes sufrimientos. Consecuentemente, la acción con base en la fe ha sido, y sigue siendo, una de las principales fuerzas que socavan los sistemas políticos represivos en todo el mundo.
Las religiones y los derechos suelen converger porque ambos creen en eso que la Declaración Universal de Derechos Humanos llama “la dignidad inherente” de “todos los miembros de la familia humana”. Como la Declaración, la mayoría de las religiones predica el amor por todos los seres humanos y la necesidad de actuar cuando se está violando la dignidad humana.
Los derechos humanos y las religiones también coinciden en afirmar que esta dignidad, y los derechos que se requieren para protegerla, no es una invención de los seres humanos o los gobiernos, sino que está presente en todos y cada uno de nosotros desde el momento en que nacemos.
Dadas estas afinidades, es a la vez sorprendente y trágico que las relaciones entre la religión y los derechos humanos sean problemáticas tan frecuentemente, en particular en tiempos recientes.
Desde Irlanda del Norte hasta el Vaticano, Siria y la República Centroafricana, las figuras y las interpretaciones religiosas a menudo contribuyen visiblemente a los abusos. Con frecuencia, los defensores de las estructuras y comportamientos injustos utilizan la religión para suprimir las voces valientes que piden cambio, para crear divisiones, para justificar la opresión y para violar los derechos de la población vulnerable.
Ciertamente, algunas de las expresiones más espectaculares del fervor religioso provienen de grupos que promueven la violencia, la intolerancia, la misoginia y la homofobia. En los EE. UU., por ejemplo, el activismo religioso se asocia frecuentemente con ataques a los derechos de las mujeres y la población LGBTQ, la investigación científica y las críticas al capitalismo no regulado.
Consecuentemente, los medios y muchos académicos suelen ignorar las expresiones progresistas de las religiones y ven la fe como una expresión de superstición, fanatismo o conservadurismo.
Saludos desde Colombia :) Pon mejor respuesta por fa !