El judaísmo y el cristianismo son dos religiones abrahámicas monoteístas, con varios puntos en común y también con marcadas diferencias, tanto en la teología como en la práctica.1
Cada religión tiene su propio ethos y sus fundamentos. Y no existe ninguna religión que sea completamente monolítica. En cada una de ellas existen valiosas expresiones individuales de diálogo interreligioso establecido por los creyentes.
En el cristianismo, a partir del siglo IV, varios sínodos fueron elaborando listas de escritos sagrados que fijaban un canon del Antiguo Testamento de entre 46 y 54 distintos documentos y un canon del Nuevo Testamento de 20 a 27, siendo este último el utilizado hasta el día de hoy; el cual fue definido finalmente en el Concilio de Hipona en el año 393. Sin embargo, esta lista definitiva de 27 libros no fue legitimada por ningún concilio ecuménico sino hasta el Concilio de Trento (1545-63).
Junto con el aporte grecorromano, aquello que puede denominarse judeocristianismo constituye uno de los pilares fundamentales de la civilización occidental así como también un notable factor en la formación del concepto "Europa" como entidad política, económica y cultural.
VictorEZZ
Pues, ambos son politeistas, adoran un solo Dios, pueden haber cambios sobre las ideas pero siguen una misma base, Son lo mismo pero diferente
El judaísmo y el cristianismo son dos religiones abrahámicas monoteístas, con varios puntos en común y también con marcadas diferencias, tanto en la teología como en la práctica.1
Cada religión tiene su propio ethos y sus fundamentos. Y no existe ninguna religión que sea completamente monolítica. En cada una de ellas existen valiosas expresiones individuales de diálogo interreligioso establecido por los creyentes.
En el cristianismo, a partir del siglo IV, varios sínodos fueron elaborando listas de escritos sagrados que fijaban un canon del Antiguo Testamento de entre 46 y 54 distintos documentos y un canon del Nuevo Testamento de 20 a 27, siendo este último el utilizado hasta el día de hoy; el cual fue definido finalmente en el Concilio de Hipona en el año 393. Sin embargo, esta lista definitiva de 27 libros no fue legitimada por ningún concilio ecuménico sino hasta el Concilio de Trento (1545-63).
Junto con el aporte grecorromano, aquello que puede denominarse judeocristianismo constituye uno de los pilares fundamentales de la civilización occidental así como también un notable factor en la formación del concepto "Europa" como entidad política, económica y cultural.