El paisaje cotidiano ha cambiado: calles desiertas en las grandes ciudades, escuelas vacías, playas sin bañistas, bosques sin excursionistas y las personas que salen, con mascarilla.
Nuestro contexto y nuestros referentes ya no son los mismos, en medida que también se han cedido espacios de libertad personal y colectiva para evitar contagios y más muertes.
Respuesta:
El paisaje cotidiano ha cambiado: calles desiertas en las grandes ciudades, escuelas vacías, playas sin bañistas, bosques sin excursionistas y las personas que salen, con mascarilla.
Nuestro contexto y nuestros referentes ya no son los mismos, en medida que también se han cedido espacios de libertad personal y colectiva para evitar contagios y más muertes.