El autor escribe esta obra directamente con el corazón y es por eso que ha sido capaz de llegar a tantos corazones en el mundo a través de sus palabras. Estas cinco enseñanzas que compartimos a continuación poseen el valor de cambiar nuestras vidas, si somos capaces de integrarlas:
1. Lo esencial es invisible para los ojos
Esta es una de las reflexiones más conocidas de El principito, de inmediato al escucharla o leerla la reconocemos. En un mundo como en el que vivimos tiene aún más sentido, ya que nos encontramos superficialmente unidos al materialismo, la competitividad y las apariencias.
“Lo esencial es invisible a los ojos”, nos recuerda que somos mucho más que este mundo de apariencias. Porque las cosas importantes son las que no se pueden ver, son las que se sienten; como el amor, la bondad, la generosidad y la amistad.
Los detalles están en las pequeñas cosas que a menudo pasan inadvertidas. Lo material es efímero, y valorar el entorno por lo material y la apariencia, sin duda, es un camino que nos llevará hacia el sufrimiento. El amor y la bondad, sin embargo, son dos aspectos, en principio invisibles, pero con el poder de cambiar el mundo.
Baobab árbol que aparece en "El principito"
2. Conócete a ti mismo y podrás comprender mejor a los demás
Implicarse en el propio conocimiento de uno mismo siempre es más complicado que estar juzgando a los demás. Lo fácil es la queja de cómo es el mundo y cómo nos gustaría que fuera, sin embargo ¿qué estás tú haciendo por ti para contribuir a un mundo mejor?
En el momento que tomamos consciencia de quienes somos y nos comprometemos en ser mejores personas cada día, es cuando realmente estamos preparados para ayudar y compartir nuestro amor con cada uno de los seres que forman parte de lo que somos. No existen buenos o malos, existen personas que hacen lo que pueden, cómo mejor saben hacerlo, con lo que han recibido. Una persona no puede dar lo que no tiene, por eso es importante que cultives tu amor.
“Es mucho más difícil juzgarse a sí mismo que juzgar a los demás. Si logras juzgarte bien a ti mismo eres un verdadero sabio”.
Cuando profundizamos en nosotros y comenzamos a comprendernos, es una llave que abre la comprensión a los demás. Sabremos los demás buscan la felicidad igual que nosotros. Sin embargo, no todos la buscan a través del camino más acertado. Pero, sin duda, nos servirá para comprender mejor los errores de los demás.
3. Amor no es mirarse el uno al otro, sino mirar los dos en la misma dirección
El amor es algo de dos, esta unión tan especial como la que supone el amor, pierde sentido y fuerza cuando no hay reciprocidad. El amor se va construyendo mediante la colaboración: en el momento que uno se queda descolgado, es la otra persona quien soporta todo el peso y es así como acaba por destruirse.
Para que ambas personas caminen hacia la misma dirección, con la guía y fuerza del amor, es necesario compartir proyectos de vida. El hecho de compartir alegrías, experiencias e intereses comunes da sustento y vitalidad a dos almas que comparten un viaje extraordinario.
Principito con rosa
4. Mantén la ilusión y la inocencia a pesar de las malas experiencias
Conforme vamos acumulando experiencias, vamos aumentando nuestras capas de desconfianza. Perdemos la frescura que nos da la inocencia: el observar, explorar y experimentar lo nuevo que nos ofrece cada día. Nos quedamos sin experimentar lo extraordinario que hay en todo lo que nos acontece.
Es inevitable que sintamos el dolor y que pasemos por la angustia de situaciones difíciles. Forma parte de nuestro crecimiento, al igual que mantener la ilusión de cada día para poder seguir dándole un sentido a todo lo que nos ocurre. Y ese sentido se nos escapa de la razón, ya que está impregnado de nuestros sentimientos.
“Las personas mayores nunca pueden comprender algo por sí solas y es muy aburrido para los niños tener que darles una y otra vez explicaciones”.
Cuando eliminamos las capas dolorosas que nos han hecho formar una armadura a nuestro al rededor, comenzamos de nuevo a ver el mundo con otros ojos. Unos ojos frescos que observan y valoran lo maravilloso que se esconde tras un amanecer, tras un abrazo o tras una sonrisa.
5. Atrévete a conocer en esencia a las personas
Nos fijamos mucho en las apariencias de lo que tenemos y muy poco en lo que somos. Aventurarse a conocer a alguien en profundidad es la forma de encontrar su verdadera esencia, su belleza más real. Hacemos una valoración externa, nos quedamos en el prejuicio y no damos la oportunidad de saber nada de la otra persona sin que este conocimiento ya esté condicionado. Solo podemos llegar al amor si generamos la posibilidad de conocer y comprender a los demás.
solo con el corazón se puede ver bien; lo esencial es invisible a los ojos
Explicación:
nos recuerda que somos mucho más que este mundo de apariencias. Porque las cosas importantes son las que no se pueden ver, son las que se sienten; como el amor, la bondad, la generosidad y la amistad
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majodiaz11
te mereces la corona pero no me aparece para dartela :(
El autor escribe esta obra directamente con el corazón y es por eso que ha sido capaz de llegar a tantos corazones en el mundo a través de sus palabras. Estas cinco enseñanzas que compartimos a continuación poseen el valor de cambiar nuestras vidas, si somos capaces de integrarlas:
1. Lo esencial es invisible para los ojos
Esta es una de las reflexiones más conocidas de El principito, de inmediato al escucharla o leerla la reconocemos. En un mundo como en el que vivimos tiene aún más sentido, ya que nos encontramos superficialmente unidos al materialismo, la competitividad y las apariencias.
“Lo esencial es invisible a los ojos”, nos recuerda que somos mucho más que este mundo de apariencias. Porque las cosas importantes son las que no se pueden ver, son las que se sienten; como el amor, la bondad, la generosidad y la amistad.
Los detalles están en las pequeñas cosas que a menudo pasan inadvertidas. Lo material es efímero, y valorar el entorno por lo material y la apariencia, sin duda, es un camino que nos llevará hacia el sufrimiento. El amor y la bondad, sin embargo, son dos aspectos, en principio invisibles, pero con el poder de cambiar el mundo.
Baobab árbol que aparece en "El principito"
2. Conócete a ti mismo y podrás comprender mejor a los demás
Implicarse en el propio conocimiento de uno mismo siempre es más complicado que estar juzgando a los demás. Lo fácil es la queja de cómo es el mundo y cómo nos gustaría que fuera, sin embargo ¿qué estás tú haciendo por ti para contribuir a un mundo mejor?
En el momento que tomamos consciencia de quienes somos y nos comprometemos en ser mejores personas cada día, es cuando realmente estamos preparados para ayudar y compartir nuestro amor con cada uno de los seres que forman parte de lo que somos. No existen buenos o malos, existen personas que hacen lo que pueden, cómo mejor saben hacerlo, con lo que han recibido. Una persona no puede dar lo que no tiene, por eso es importante que cultives tu amor.
“Es mucho más difícil juzgarse a sí mismo que juzgar a los demás. Si logras juzgarte bien a ti mismo eres un verdadero sabio”.
Cuando profundizamos en nosotros y comenzamos a comprendernos, es una llave que abre la comprensión a los demás. Sabremos los demás buscan la felicidad igual que nosotros. Sin embargo, no todos la buscan a través del camino más acertado. Pero, sin duda, nos servirá para comprender mejor los errores de los demás.
3. Amor no es mirarse el uno al otro, sino mirar los dos en la misma dirección
El amor es algo de dos, esta unión tan especial como la que supone el amor, pierde sentido y fuerza cuando no hay reciprocidad. El amor se va construyendo mediante la colaboración: en el momento que uno se queda descolgado, es la otra persona quien soporta todo el peso y es así como acaba por destruirse.
Para que ambas personas caminen hacia la misma dirección, con la guía y fuerza del amor, es necesario compartir proyectos de vida. El hecho de compartir alegrías, experiencias e intereses comunes da sustento y vitalidad a dos almas que comparten un viaje extraordinario.
Principito con rosa
4. Mantén la ilusión y la inocencia a pesar de las malas experiencias
Conforme vamos acumulando experiencias, vamos aumentando nuestras capas de desconfianza. Perdemos la frescura que nos da la inocencia: el observar, explorar y experimentar lo nuevo que nos ofrece cada día. Nos quedamos sin experimentar lo extraordinario que hay en todo lo que nos acontece.
Es inevitable que sintamos el dolor y que pasemos por la angustia de situaciones difíciles. Forma parte de nuestro crecimiento, al igual que mantener la ilusión de cada día para poder seguir dándole un sentido a todo lo que nos ocurre. Y ese sentido se nos escapa de la razón, ya que está impregnado de nuestros sentimientos.
“Las personas mayores nunca pueden comprender algo por sí solas y es muy aburrido para los niños tener que darles una y otra vez explicaciones”.
Cuando eliminamos las capas dolorosas que nos han hecho formar una armadura a nuestro al rededor, comenzamos de nuevo a ver el mundo con otros ojos. Unos ojos frescos que observan y valoran lo maravilloso que se esconde tras un amanecer, tras un abrazo o tras una sonrisa.
5. Atrévete a conocer en esencia a las personas
Nos fijamos mucho en las apariencias de lo que tenemos y muy poco en lo que somos. Aventurarse a conocer a alguien en profundidad es la forma de encontrar su verdadera esencia, su belleza más real. Hacemos una valoración externa, nos quedamos en el prejuicio y no damos la oportunidad de saber nada de la otra persona sin que este conocimiento ya esté condicionado. Solo podemos llegar al amor si generamos la posibilidad de conocer y comprender a los demás.
Respuesta:
solo con el corazón se puede ver bien; lo esencial es invisible a los ojos
Explicación:
nos recuerda que somos mucho más que este mundo de apariencias. Porque las cosas importantes son las que no se pueden ver, son las que se sienten; como el amor, la bondad, la generosidad y la amistad