Respuesta:El impuesto que grava la ociosidad de las tierras ha provocado disímiles criterios en la zona agrícola en Pinar del Flujo de agua y Cienfuegos.
ROBERTO Guzmán García obtuvo 11,42 hectáreas (ha) de tierras en usufructo por el Decreto Ley 300 en el año 2015.
Con medios propios y ayuda de la Organización Integral y de Tabaco de Consolación del Sur, en Pinar del Flujo de agua, desmontó toda la zona.
No tuvo que abonar ni un centavo por la tenencia de tierras ociosas, sin embargo esta suerte no atañe a todos los campesinos.
Este es, claramente, el propósito del impuesto por la ociosidad de tierras agrícolas y forestales, el cual, más allá de lo tributario, tiene un fin regulatorio. Constituye un mecanismo del Estado para incentivar que los propietarios o poseedores de tierras las tengan en pleno uso, de conformidad con su funcionalidad social para crear alimentos, según comunicó la Dirección de Atención al Contribuyente de la Oficina Nacional de Gestión Tributaria (ONAT), en los plegables que sobre este asunto fueron distribuidos.
LAS CIFRAS
Belkys Nitza Benítez Llana, patrona del departamento de Control de la Tierra y Tractores, de la Delegación Provincial de la Agricultura en Vueltabajo, informó que el territorio cuenta con 30 219 tenentes terrestres, 3 108 de ellos tienen que abonar el tributo: 3 021 personas naturales y 87 jurídicas.
La zona total ociosa en la occidental provincia es de 33 718,79 ha, 9 801,30 en manos de los individuos naturales y 23 917,49 pertenecen a las jurídicas.
Confirmó además que las delegaciones municipales de la Agricultura han notificado a todos los tenentes desde la Certificación de Explotación de la Tierra en la cual consta la expansión ociosa, su categorización de acuerdo con la categoría agroproductiva y el importe del impuesto que correspondería abonar anualmente, aun cuando en esta situación solo abonarán 5 meses, de agosto a diciembre.
Prevalecen monumentales extensiones todavía sin explotar por falta de interés de los tenentes, déficit de maquinaria y recursos materiales y financieros, tanto en personas naturales como jurídicas, y propietarios de avanzada edad sin herederos ni personas que laboren con ellos.
¿IGUAL PARA TODOS?
Daisy Chávez Mesa, especialista primordial de la tierra, de la Compañía Integral y de Tabaco de Consolación del Sur, describió que en la situación de su entidad no hay superficies del Estado cubiertas de marabú ni ociosas, puesto que las que tenían fueron entregadas por el Decreto Ley 300.
Sin embargo, el problema persiste en las tierras en manos de las cooperativas.
«Los usufructuarios poseen interés en desmontar la tierra y hacerla generar y para eso poseen un lapso de tiempo, buscan alternativas, con cadenas, motosierras, pagan y realizan carbón con aquel marabú, no les conviene tener tierras ociosas, ya que los ingresos son para ellos.
«Sin embargo, no pasa de esta forma en las Cooperativas de Producción Agropecuaria (CPA), las cuales poseen más del 45 por ciento de las zonas cubiertas de marabú, gracias a la carencia de recursos, de financiamiento y de fuerza de trabajo», especificó.
Añadió que hay quien expone las tierras para objetivos ganaderos, sin embargo en verdad son ociosas ya que no poseen la masa que llevan por hectárea.
Si bien se entiende que el pago del tributo constituye un mecanismo para hacer generar la tierra, hace falta puntualizar las condiciones que tienen hoy las CPA para poder hacer hablado objetivo.
En este sentido, Silvia Rosa Morejón Fernández, presidenta de la CPA Alfredo Yaburt, además de Consolación del Sur y dedicada básicamente al cultivo del tabaco de sol ensartado y Burley, refirió que «la razón por las que las cooperativas hoy poseen tanta tierra con marabú es bastante simple: fueron creadas en el año 1978, una vez que se les nombró toda la maquinaria, el transporte y demás.
Jorge Luis Suárez, especialista de Cultivos diversos de la Organización Pecuaria El Tablón, en Cienfuegos, describió que ahí las CPA afrontan el caso más sensible, atadas de manos para hacer generar la integridad de sus terrenos.
Con parecido escenario es difícil para las cooperativas hacer generar las tierras que hoy están ociosas: «¿Cómo nos desarrollamos?
La mayor parte se cuestionan por qué deben abonar por una tierra que es patrimonio de la CPA, y que si no la realizan generar es ya que no tienen la posibilidad de realizarlo sin recursos, financiamiento, y mucho menos sin fuerza de trabajo».
Verified answer
Respuesta:El impuesto que grava la ociosidad de las tierras ha provocado disímiles criterios en la zona agrícola en Pinar del Flujo de agua y Cienfuegos.
ROBERTO Guzmán García obtuvo 11,42 hectáreas (ha) de tierras en usufructo por el Decreto Ley 300 en el año 2015.
Con medios propios y ayuda de la Organización Integral y de Tabaco de Consolación del Sur, en Pinar del Flujo de agua, desmontó toda la zona.
No tuvo que abonar ni un centavo por la tenencia de tierras ociosas, sin embargo esta suerte no atañe a todos los campesinos.
Este es, claramente, el propósito del impuesto por la ociosidad de tierras agrícolas y forestales, el cual, más allá de lo tributario, tiene un fin regulatorio. Constituye un mecanismo del Estado para incentivar que los propietarios o poseedores de tierras las tengan en pleno uso, de conformidad con su funcionalidad social para crear alimentos, según comunicó la Dirección de Atención al Contribuyente de la Oficina Nacional de Gestión Tributaria (ONAT), en los plegables que sobre este asunto fueron distribuidos.
LAS CIFRAS
Belkys Nitza Benítez Llana, patrona del departamento de Control de la Tierra y Tractores, de la Delegación Provincial de la Agricultura en Vueltabajo, informó que el territorio cuenta con 30 219 tenentes terrestres, 3 108 de ellos tienen que abonar el tributo: 3 021 personas naturales y 87 jurídicas.
La zona total ociosa en la occidental provincia es de 33 718,79 ha, 9 801,30 en manos de los individuos naturales y 23 917,49 pertenecen a las jurídicas.
Confirmó además que las delegaciones municipales de la Agricultura han notificado a todos los tenentes desde la Certificación de Explotación de la Tierra en la cual consta la expansión ociosa, su categorización de acuerdo con la categoría agroproductiva y el importe del impuesto que correspondería abonar anualmente, aun cuando en esta situación solo abonarán 5 meses, de agosto a diciembre.
Prevalecen monumentales extensiones todavía sin explotar por falta de interés de los tenentes, déficit de maquinaria y recursos materiales y financieros, tanto en personas naturales como jurídicas, y propietarios de avanzada edad sin herederos ni personas que laboren con ellos.
¿IGUAL PARA TODOS?
Daisy Chávez Mesa, especialista primordial de la tierra, de la Compañía Integral y de Tabaco de Consolación del Sur, describió que en la situación de su entidad no hay superficies del Estado cubiertas de marabú ni ociosas, puesto que las que tenían fueron entregadas por el Decreto Ley 300.
Sin embargo, el problema persiste en las tierras en manos de las cooperativas.
«Los usufructuarios poseen interés en desmontar la tierra y hacerla generar y para eso poseen un lapso de tiempo, buscan alternativas, con cadenas, motosierras, pagan y realizan carbón con aquel marabú, no les conviene tener tierras ociosas, ya que los ingresos son para ellos.
«Sin embargo, no pasa de esta forma en las Cooperativas de Producción Agropecuaria (CPA), las cuales poseen más del 45 por ciento de las zonas cubiertas de marabú, gracias a la carencia de recursos, de financiamiento y de fuerza de trabajo», especificó.
Añadió que hay quien expone las tierras para objetivos ganaderos, sin embargo en verdad son ociosas ya que no poseen la masa que llevan por hectárea.
Si bien se entiende que el pago del tributo constituye un mecanismo para hacer generar la tierra, hace falta puntualizar las condiciones que tienen hoy las CPA para poder hacer hablado objetivo.
En este sentido, Silvia Rosa Morejón Fernández, presidenta de la CPA Alfredo Yaburt, además de Consolación del Sur y dedicada básicamente al cultivo del tabaco de sol ensartado y Burley, refirió que «la razón por las que las cooperativas hoy poseen tanta tierra con marabú es bastante simple: fueron creadas en el año 1978, una vez que se les nombró toda la maquinaria, el transporte y demás.
Jorge Luis Suárez, especialista de Cultivos diversos de la Organización Pecuaria El Tablón, en Cienfuegos, describió que ahí las CPA afrontan el caso más sensible, atadas de manos para hacer generar la integridad de sus terrenos.
Con parecido escenario es difícil para las cooperativas hacer generar las tierras que hoy están ociosas: «¿Cómo nos desarrollamos?
La mayor parte se cuestionan por qué deben abonar por una tierra que es patrimonio de la CPA, y que si no la realizan generar es ya que no tienen la posibilidad de realizarlo sin recursos, financiamiento, y mucho menos sin fuerza de trabajo».
Explicación:
Respuesta:
creo que es como algo que se escribe y hacer una carta