Recibió el nombre de Isabel, pero su mamá al ver su rostro sonrosado y muy bello empezó a llamarla Rosa. Santa Rosa fue laica, una terciaria en la Orden de Santo Domingo, es decir, una mujer que se vestía con túnica blanca y manto negro, llevaba una vida consagrada a Dios, pero en su propia casa. Durante su vida buscó imitar a Santa Catalina de Siena. Un día mientras rezaba le pidió a la Virgen entrar en un convento, pero al levantarse no podía levantarse del suelo, llamó a su hermano para que le ayude y tampoco pudo levantarla, entonces comprendió que la voluntad de Dios era otra, así que le dijo a la Virgen que desistía de la idea de irse al convento y en seguida se pudo levantar del suelo. Diariamente participaba de la Eucaristía y meditación de la Palabra de Dios, acudía siempre a la confesión y hacía penitencias. Era una mujer llena de fe y de virtudes, muy humilde, sencilla, caritativa, honrada y muy hermosa, buena y sensible. Fue proclamada patrona de América y de las Filipinas. Falleció el 24 de agosto de 1617 a los 31 años. Los Santos fueron seres humanos de carne y hueso, llenos de debilidades y defectos, como nosotros. Pero se dejaron transformar por el Espíritu Santo que fue purificando todo lo malo y negativo. En sus acciones de todos los días se asemejaba a Jesús. TODOS LOS DIAS HACIA _R_____
Ir a la iglesia a rezar el Santo Rosario y miraba el crucifijo recordando la sed de Jesús en la cruz, para tener valor y resistir las tentaciones.