Ante el hecho repentino que modificó nuestras vidas cotidianas, se hace necesario plantear algunas reflexiones en clave de género y de derechos que contribuyan a pensar sobre sus implicaciones, impactos diferenciales, así como las acciones particulares que se sugieren para abordar dicha situación.
El aislamiento social y preventivo como eje de la respuesta a la pandemia del COVID-19, tiene efectos diferentes en las vidas de mujeres, varones y otras identidades. Una de ellas es la centralidad y la forma que adquieren las tareas de cuidados; somos las mujeres las que ejercemos mayoritariamente las mismas en los hogares. Al clausurarse los establecimientos escolares, las tareas educativas deben realizarse en las casas, a lo que se agrega la atención a las personas denominadas de riesgo y las labores domésticas en el confinamiento, entre otras actividades relacionadas con el trabajo de solidaridad para con la comunidad; profundizando con ello la desigual distribución de tareas que en esta coyuntura se agudiza[2]. Es precisamente en esta difícil coyuntura de cuarentena que debemos aprovechar para asumir, de manera decidida, la lucha contra el patriarcado: compartir las tareas equitativamente como expresión no sólo de los derechos sino como la necesidad de conciliar la vida pública y la vida privada.
1-Muchas mujeres en varios países del mundo verán disminuido su acceso a la anticoncepción y a la atención pre y postnatal debido a la saturación de los servicios de salud.
2-Los contextos de violencia familiar y aumento de la tensión en el espacio doméstico, debido al confinamiento, hace que el riesgo de violencia de género hacia las mujeres aumente. En tal sentido, y entre sus manifestaciones más “crudas”, el número de femicidios en el país ha ido en aumento desde que esta situación comenzó.
Respuesta:
+52 775 165 78 34
Explicación:
pasa p4ck
Verified answer
Respuesta:
Ante el hecho repentino que modificó nuestras vidas cotidianas, se hace necesario plantear algunas reflexiones en clave de género y de derechos que contribuyan a pensar sobre sus implicaciones, impactos diferenciales, así como las acciones particulares que se sugieren para abordar dicha situación.
El aislamiento social y preventivo como eje de la respuesta a la pandemia del COVID-19, tiene efectos diferentes en las vidas de mujeres, varones y otras identidades. Una de ellas es la centralidad y la forma que adquieren las tareas de cuidados; somos las mujeres las que ejercemos mayoritariamente las mismas en los hogares. Al clausurarse los establecimientos escolares, las tareas educativas deben realizarse en las casas, a lo que se agrega la atención a las personas denominadas de riesgo y las labores domésticas en el confinamiento, entre otras actividades relacionadas con el trabajo de solidaridad para con la comunidad; profundizando con ello la desigual distribución de tareas que en esta coyuntura se agudiza[2]. Es precisamente en esta difícil coyuntura de cuarentena que debemos aprovechar para asumir, de manera decidida, la lucha contra el patriarcado: compartir las tareas equitativamente como expresión no sólo de los derechos sino como la necesidad de conciliar la vida pública y la vida privada.
1-Muchas mujeres en varios países del mundo verán disminuido su acceso a la anticoncepción y a la atención pre y postnatal debido a la saturación de los servicios de salud.
2-Los contextos de violencia familiar y aumento de la tensión en el espacio doméstico, debido al confinamiento, hace que el riesgo de violencia de género hacia las mujeres aumente. En tal sentido, y entre sus manifestaciones más “crudas”, el número de femicidios en el país ha ido en aumento desde que esta situación comenzó.