El orgullo de la gran ciudad se había cumplido por fin.
Ya tenía diez millones de automóviles.
Casi nadie pasaba por las calles y las aceras se habían suprimido. A lo más en algunas vías de la ciudad habían dejado una especie de alero para peatones desgraciados.
Respuesta:
El orgullo de la gran ciudad se había cumplido por fin.
Ya tenía diez millones de automóviles.
Casi nadie pasaba por las calles y las aceras se habían suprimido. A lo más en algunas vías de la ciudad habían dejado una especie de alero para peatones desgraciados.
Explicación:
Aquí están dos ejemplos