Las colonias británicas que se independizaron de Gran Bretaña edificaron el primer sistema político liberal y democrático, alumbrando una nueva nación, los Estados Unidos de América, incorporando las nuevas ideas revolucionarias que propugnaban la igualdad y la libertad. Esta sociedad colonial se formó a partir de oleadas de colonos inmigrados y no existían en ella los rasgos característicos del rígido sistema estamental europeo.
En las colonias del sur (Virginia, Carolina del Norte, Carolina del Sur y Georgia) se había organizado un sistema esclavista (con unos 500.000 esclavos negros) que explotaban plantaciones de tabaco, algodón y azúcar. De este modo, la población estaba compuesta por grandes y pequeños propietarios, así como esclavos.
El 10 de febrero de ese año, el Tratado de París puso fin al imperio colonial francés en América del Norte y consolidó a Gran Bretaña como la potencia hegemónica. En oposición solo tenía a España, que controlaba Nueva Orleans, la ciudad más importante, con unos 10.000 habitantes. Respecto a Francia, la pérdida territorial no fue sentida como algo catastrófico.
Respecto a los colonos estadounidenses, la guerra modificó radicalmente el panorama anterior. Los francófonos católicos de Quebec, tradicionales enemigos de los colonos estadounidenses de las trece colonias, recibieron un trato respetuoso por parte de las autoridades británicas, que se confirmó en 1774 cuando se dotó a Canadá de un estatuto particular dentro de las colonias estadounidenses, llevándose sus fronteras hasta la confluencia del Ohio y el Misisipi. Asimismo su población conservó un derecho civil propio y la Iglesia católica fue reconocida. Todos estos movimientos fueron mal aceptados por la población de las Trece colonias.
La causa inmediata de este conflicto fue el injusto trato que Gran Bretaña infligía a los colonos, pues estos aportaban riquezas e impuestos a la metrópoli pero no tenían los medios para decidir sobre dichos impuestos, por lo que se sentían marginados y no representados
Gates, aunque hombre pesimista, es convencido por Morgan y Arnold para lanzar un ataque a los británicos. Con los cañones incautados a los británicos bombardean la granja y consiguen la rendición de Burgoyne. Entre el cañoneo de los colonos, un general británico, Simon Fraser, ordenó una carga de caballería totalmente desesperada por lo difícil de la situación. Esta carga fue rápidamente neutralizada por los hombres de Morgan, que consiguieron acabar con el general. Este, antes de morir, pidió ser enterrado en el campo de batalla, y para ello varios soldados británicos se reunieron, lo que llegó a confundir a los colonos. Creyendo que los enemigos se estaban reorganizando para otro ataque, empezaron a cañonear la zona en que estaban enterrando a Simon Fraser, y aunque no dieron en el blanco, sí produjeron que los que se esforzaban en la faena fueran salpicados por la arena y el polvo. Al final se le pudo enterrar entre una lluvia de balas de cañón. Este hecho produjo esta frase de un general alemán llamado Riedesel: «¡qué gran entierro para un gran guerrero!»
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Las colonias británicas que se independizaron de Gran Bretaña edificaron el primer sistema político liberal y democrático, alumbrando una nueva nación, los Estados Unidos de América, incorporando las nuevas ideas revolucionarias que propugnaban la igualdad y la libertad. Esta sociedad colonial se formó a partir de oleadas de colonos inmigrados y no existían en ella los rasgos característicos del rígido sistema estamental europeo.
En las colonias del sur (Virginia, Carolina del Norte, Carolina del Sur y Georgia) se había organizado un sistema esclavista (con unos 500.000 esclavos negros) que explotaban plantaciones de tabaco, algodón y azúcar. De este modo, la población estaba compuesta por grandes y pequeños propietarios, así como esclavos.
El 10 de febrero de ese año, el Tratado de París puso fin al imperio colonial francés en América del Norte y consolidó a Gran Bretaña como la potencia hegemónica. En oposición solo tenía a España, que controlaba Nueva Orleans, la ciudad más importante, con unos 10.000 habitantes. Respecto a Francia, la pérdida territorial no fue sentida como algo catastrófico.
Respecto a los colonos estadounidenses, la guerra modificó radicalmente el panorama anterior. Los francófonos católicos de Quebec, tradicionales enemigos de los colonos estadounidenses de las trece colonias, recibieron un trato respetuoso por parte de las autoridades británicas, que se confirmó en 1774 cuando se dotó a Canadá de un estatuto particular dentro de las colonias estadounidenses, llevándose sus fronteras hasta la confluencia del Ohio y el Misisipi. Asimismo su población conservó un derecho civil propio y la Iglesia católica fue reconocida. Todos estos movimientos fueron mal aceptados por la población de las Trece colonias.
La causa inmediata de este conflicto fue el injusto trato que Gran Bretaña infligía a los colonos, pues estos aportaban riquezas e impuestos a la metrópoli pero no tenían los medios para decidir sobre dichos impuestos, por lo que se sentían marginados y no representados
Gates, aunque hombre pesimista, es convencido por Morgan y Arnold para lanzar un ataque a los británicos. Con los cañones incautados a los británicos bombardean la granja y consiguen la rendición de Burgoyne. Entre el cañoneo de los colonos, un general británico, Simon Fraser, ordenó una carga de caballería totalmente desesperada por lo difícil de la situación. Esta carga fue rápidamente neutralizada por los hombres de Morgan, que consiguieron acabar con el general. Este, antes de morir, pidió ser enterrado en el campo de batalla, y para ello varios soldados británicos se reunieron, lo que llegó a confundir a los colonos. Creyendo que los enemigos se estaban reorganizando para otro ataque, empezaron a cañonear la zona en que estaban enterrando a Simon Fraser, y aunque no dieron en el blanco, sí produjeron que los que se esforzaban en la faena fueran salpicados por la arena y el polvo. Al final se le pudo enterrar entre una lluvia de balas de cañón. Este hecho produjo esta frase de un general alemán llamado Riedesel: «¡qué gran entierro para un gran guerrero!»
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espero y que lo puedas leer y que te sirva
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hai esta una imagen tal ves te sirba